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PHIL SELWAY – FAMILIAL

PHIL SELWAY - FAMILIALAlgunos no se habrán enterado todavía de que hace un par de meses Phil Selway (batería de Radiohead, para más pistas), sacó un disco en solitario. Normal. Los baterías siempre fuimos una especie en extinción, unos eternos segundones condenados al fondo del escenario. Pero de vez en cuando, y aunque a algunos les cueste creérselo, tenemos nuestras propias ideas y decidimos sacar nuestros propios discos. Aunque sólo sea para demostrar que sabemos hacer algo más que aporrear cuatro timbales y cuatro platos. Otro cosa es que cuando nos pongamos a ello no siempre el resultado sea el mejor.

Para ponernos manos a la obra no dudamos en rodearnos de buenos amigos, que de eso los baterías sabemos más que los cantantes y guitarristas -y si no que se lo digan a Ringo Starr-.Y si esos amigos son un tal Glen Kotche -batería de Wilco- y un tal Pat Sansone -también de Wilco-, pues mejor que mejor. Y como los baterías a veces somos tan osados, en cuanto nos dejan solos decidimos guardar las baquetas en el armario y cogemos la guitarra acústica para demostrar que nosotros también podemos ser sensibles y profundos. Aunque el gesto se quede en eso, en un gesto.

Al menos, el batería de Radiohead se sale un poco del guión esperado. A un servidor, ni el disco de Thom Yorke en solitario ni lo hecho por Jonny Greenwood, guitarrista de la formación británica, le llegaron a convencer del todo. Principalmente porque, ni el uno ni el otro lograron olvidarse del sello Radiohead a la hora de componer en solitario. ¿Por qué hay músicos que son incapaces de admitir que su grandeza nace de que forman parte de una gran banda? El ego no entiende de nombres. Excepto si tocas la batería y estás condenado al anonimato.

Pasada la sorpresa de la primera canción, seguimos escuchando este Familial. Pero sólo 32 minutos le hacen falta a Phil Selway para demostrarnos que lo suyo no es la composición y el protagonismo. Admitámoslo. Algunos serán eternos secundarios, y como tal quedarán para la historia de la música. Incluso hay grandes secundarios sin los cuales los héroes no serían nada. Como es el caso de Phil. Pero en cuanto deciden pasar al frente de la escena se apagan, se quedan vacíos, sin nada interesante que decir. Quizás algunos buenos momentos como A Simple Life o Don’t Look Back Down. Pero poco más queda para un disco que no pasará del intento por parte un secundario de protagonizar su propio relato.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 5/10

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