La industria musical vive en tal situación de empacho que es capaz de crear canciones sin apenas pretenderlo. Sin embargo, sólo unas pocas pasan por el trámite de la grabación. La pregunta es obvia: ¿dónde van todas esas canciones que quedan en los márgenes? Algo así se debe haber preguntado Paul Smith, cantante de Maximo Park, que ha decidido dar una nueva vida a composiciones que parecían no encajar en la discografía de su grupo. Tampoco vamos a decir que sea una cosa fuera de la común. En el último año han pasado por la misma situación gente de la talla de Phil Selway, batería de Radiohead, o Brandon Flowers, cantante de The Killers. Y a la larga, resulta inevitable comparar estos trabajos en solitario con lo hecho en sus grupos de origen. ¿Por qué? Porque, nos guste o no, pocos son los músicos de la escena indie actual capaces de soportar el peso del escenario a solas.
Y sin embargo, en todo este río de publicaciones de los últimos meses, Paul Smith decide publicar un disco en solitario. Como si la cosa no fuera con él. Después de publicar tres trabajos con Maximo Park, decide aparcar el coche del indie más bailable y tomarse un descanso en los márgenes del camino. Sin embargo, la sombra de Jarvis Cocker y compañía es demasiado alargada en la música británica de las últimas dos décadas, y escuchando este Margins, es inevitable volver a esos años dorados de mediados de los noventa, cuando todo parecía comenzar. Maximo Park siempre fueron en el segundo vagón del tren del indie británico, a la sombra de grupos como Franz Ferdinand o Bloc Party. Y ahora que Paul Smith se atreve en solitario, el papel de actor secundario vuelve a acechar como un fantasma del que no puede librarse.
Quizás no en la primera escucha, ni siquiera en la segunda. Hay algo familiar, cercano, que nos anima a seguir canción tras canción. North Atlantic Drift suena alentador, nos conduce sin remisión a The Crush and The Shatter, con Paul dejándose llevar. A la cuarta canción – Strange Friction – resuenan las pistas de baile, aunque sea tímidamente. Aparece la guitarra a solas de While You’re in The Bath. Sin embargo, van pasando las canciones y, conforme se van desgranando los treces temas de la compilación, la curva se diluye poco a poco. Incluso alguno terminará esperando que Paul Smith vuelva a algo que se parezca, aunque sea de lejos, a lo que hacía con Maximo Park. Pero el disco se acaba y ni rastro de la fuerza del grupo británico.
Vuelvo a poner este Margins, me vuelve a convencer, pero a partir de la quinta canción me sigue dejando frío. Dejo a un lado a Paul Smith en su cuneta y vuelvo a arrancar el coche con Maximo Park en el reproductor. Me pongo a pensar. Está claro que hay algo aquí que no encaja. La frescura de la banda parece aplastada en este debut de su vocalista. No es que esperara un disco de Maximo Park, pero queda claro que este Margins sólo podrá convencer a los fans de la formación. No porque suene ni remotamente parecido al sonido de la banda, sino porque parece que Paul Smith se ha resignado a su papel de segundón. Y eso, en un disco en solitario, siempre tiene su penitencia.
Por suerte, las noticias hablan de un nuevo trabajo de la banda para el año próximo. Quizás para entonces podamos resarcirnos de este debut a solas de Paul Smith, un disco que nos deja con ganas de más.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6.5/10