Hace un año, Ought dejaron de ser una promesa para convertirse en uno de los pilares sobre los que apoyar el punk postmoderno. Con More Than Any Other Day (entre los discos de 2014 para nuestra redacción), la banda formada en Canadá -que de canadiense tiene poco- se convirtió en una realidad para los amantes de los guitarrazos, las letras reivindicativas y las melodías pegadizas. Su Art-Post-Pop-Punk se saltó casi todas las reglas que caracterizaban a cualquiera de estos géneros en la actualidad, con un sonido directo, guitarras limpísimas a pesar de la distorsión, y esa “tímida” y desconcertante voz de su cantante, Tim Darcy.
No contentos con fichar por Constellation Records (Colin Stetson, Godspeed You! Black Emperor), triunfar con su debut, recibir una acogida espectacular por parte de la crítica y montarse un tour mundial también bastante grande, sacaron un EP en otoño, repleto también de canciones para enmarcar y letras con toques nihilistas y anárquicos, acompañados de cierto sarcasmo que caracteriza su desenfadada composición. Pero ahí no acaba la cosa, en menos de un año desde su último lanzamiento, ya tenemos con nosotros el temido (sobre todo siendo tan precoz) “segundo álbum”, que debería resolver para bien o para mal las dudas sobre el camino que toman Ought, el del éxito o el de la mera repetición.
Si con su debut les llovieron las comparaciones con Television, Talking Heads o Pavement, en este Sun Coming Down seguramente suceda lo mismo. Aunque en este caso abandonan en cierta medida esa composición tan loca que les caracterizaba, el resultado vuelve a ser enormemente positivo, antes cada canción se entendía como estructura individual; más alegre, más cabreada, más tranquila, lenta… Ahora sin embargo los cortes se funden en un mood más constante y agresivo. Este es sin duda un trabajo más de fritura que de cocción lenta, es impulsivo y lanzado, digamos que en su debut, Ought razonaron poco a poco la forma de componer un álbum excelente de punk, y en este caso han dejado que el espíritu salga tal cual lo tienen, como un acto reflejo. Como consecuencia queda un trabajo ligeramente más irregular, pero también tremendamente potente.
El álbum comienza con una histérica (lógicamente) Men For Miles, canción de punk con un ritmo rápido y un Darcy mucho más confiado, como se le ve en los directos, adquiriendo una postura dominante sobre su coherente y nervioso sonido. Si en el debut nos sorprendía lo accesible que resultaba su sonido a pesar de lo extraño del mismo aquí sucede al revés, Ought se nos presenta como una banda de art-punk ochentera y nos suena extremadamente raro, tanto que es posible que hagan falta varias escuchas para comprender la forma total del álbum. Aun así los hits salvan sobradamente las primeras impresiones, concediendo un fácil repaso. Como paradita tenemos Passionate Turn, en la que escuchamos por primera vez en cuarteto unos coros tan graves (y acertados) como los del estribillo, la melodía engancha por sí sola, y las arrancadas y frenadas constantes hacen el resto para convertirla en otra «canción violenta que escuchar sentado».
Pero para violencia la de The Combo, sonido inédito en los de Canadá, que nos empieza a hacer ver que esta es una grabación seria, que aquí no hay espacio para tanto cachondeo (aunque sí para todo tipo de sensaciones), aquí sí que nos podemos acordar de Pavement y de Byrne, al igual que en el carismático tema que da nombre al disco, en el que un estado de urgencia invade definitivamente nuestro cuerpo gracias a la sucia(¡!) distorsión de las guitarras, que dejan un efecto lo-fi e hipnótico a modo de psicodelia, o de absorción mientras escuchamos una y otra vez; «and the sun is coming down, and the sun is coming down…» Toda esta tensión deja paso a la maravillosa Beautiful Blue Sky, la más calmada de todas las mencionadas, el oasis en el que Darcy nos da a entender que ha adquirido conciencia de lo que está haciendo, de ahí un álbum tan rápido y un no parar, de ahí esa frase climática junto a la batería; «I’m not longer afraid to die, cause that is all that i’ve left», si la muerte está cerca no hay problema, porque están haciendo exactamente lo que quieren, este es (obviamente) el sentimiento más positivo del álbum.
Celebration está para devolvernos a la realidad, y esto la convierte en la gran damnificada del disco, por suerte breve y borracha de beber de otras bandas, nos marea un poco hasta devolvernos al estado anterior, con cierta euforia, pero de nuevo un ligero cabreo, un enfado que es ideal para la post-punk On The Line, una de las destacadas del álbum. Se trata de la canción más impredecible y divertida (muchas ganas de verla en directo), y pone a su merced al oyente /danzante con una apasionante y climática composición y ese medio spoken word con los gritos chirriantes “Eva Maria, I am your dog…”. Como despedida muy a lo Cloud Nothings, una calmada pero divertida Never Better, una canción que parece tan accidental como necesaria, como si la hubiesen hecho sin querer y estuviese ahí, puesta sin más, pero funcionando.
Sun Coming Down es el segundo y más que notable disco de Ought, otro paso adelante en la conquista del género desde la revolución, y lo mejor de todo, un paso seguro, pero no en falso, tan instintivo como inteligente, que demuestra que Ought (definitivamente) son una banda que ha venido a hacer cosas importantes. Eso sí, si juntan las composiciones que hagan en un año y medio igual se marcan un disco del año, hasta entonces «sólo» podemos disfrutar viéndoles crecer de forma veloz.
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