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OUGHT – ROOM INSIDE THE WORLD

Por aquí veníamos avisando de que Ought -cuarteto de art punk formado en Canadá hace siete años- tenían bastantes papeletas para ser una banda relevante si se sentaban a escribir un disco con paciencia. Pues bien, ya lo han hecho. Tres años después de su bien notable Sun Coming Down, la banda liderada por Tim Darcy (apunten el nombre) ha vuelto con un tercer LP maduro, vigoroso, riguroso y complejo.
Todo lo contenido en Room Inside The World es una proyección positiva de lo que ya se entreveía en More Than Any Other Day, un refinamiento y un cálculo algebraico de las fórmulas y los elementos del new wave y el punk más despierto de los años 80. Pero limitar el tercer disco de Ought a una simple batida de sonidos de tal década sería a su vez pecar de reduccionismo. Éste es un disco de pop, rudo y chulesco, con una instrumentación fina y sugerente, que primeramente descoloca, y poco a poco atrapa en sus redes. Darcy culmina su acceso a la adultez convirtiéndose en el seductor musical al que ya se adivinaba en su disco en solitario, o en algunos temas previos de la banda, como New Calm Pt. 2 o Today More Than Any Other Day. Su peculiar estilo, que parecía inspirado exageradamente en los egos de David Byrne, o bandas como The Fall o Pavement, se desmarca con un poderío y una capacidad narrativa pasmosas.
Abandonando el sello canadiense Constellation Records y accediendo a un público más amplio con Merge, Ought marcan con claridad la intención de su trabajo. Room Inside The World invita encarecidamente al oyente a gozar en comunión y conjunto, desde una posición rebelde (como siempre en la banda) pero sin esa actitud tan cínica que constantemente lastra trabajos recientes de otros grandes conjuntos. El álbum abre con Into The Sea y su piano desorientador, la primera en la frente. La estrofa de Darcy desgaja la portada y el bajo hace el resto para construir la rampa rítmica y vertical que serán los cuatro primeros cortes. La gravedad de esta primera muestra ya crea cierto aura alrededor de la propia voz de Tim, que rara vez empalidecerá o temblará hasta el cierre. Le sigue Disgraced In America, segundo adelanto y tremenda canción de art punk, con giro instrumental, crítica sarcástica al capitalismo y unos vientos disonantes para otorgar el toque definitivo al conjunto. A continuación, queda el frenesí de Disaffectation, que no contenta con la ansiedad de la inquieta batería tiene también una letra sobre la superficialidad y el desapego fantástica. A pesar de sus idas y venidas (parones rítmicos) este es el corte más coloquial y predecible del LP, por sus formas técnicas más que reconocibles en el post punk clásico. Cierra el primer envite These 3 Things, primer adelanto que entra fluidamente con su líquido y límpido bajo y un Darcy sobrecogedor gritando “When I’ll hear my soul?”.
El eje central lo pone Desire, una especie de balada amorosa. Esta es seguramente la canción más sorprendente del disco, con un sonido cercano al soul, un coro hermosísimo al final, y unos teclados kraut al principio. De tempo además muy parado, es el punto de apoyo entre una primera mitad homogénea y concisa, y una segunda más deshecha y abierta (aunque no por ello peor). A partir de este instante los temas se vuelven tremendamente impredecibles. Brief Shield empieza como un corte perdido del homónimo de The Velvet Underground para más tarde comenzar a elevar su tono a través de la guitarra y la voz de Darcy, hacia un escalón extrañamente etéreo en el que el propio cantante adquiere una modulación cercana al spoken word. La inteligentísima sección lírica se alea a la perfección con la rítmica en Take Everything, otro corte que parece dividirse en dos de tonalidades totalmente distintas. Destaca especialmente la segunda, en la que además encontramos uno de los pocos riffs de guitarra de todo el LP. Para introducir el final queda entonces la conciliadora Pieces Wasted, otra con un regusto especialmente clásico. Su final disonante y oscuro ya le hace a uno predecir lo que se avecina para el cierre, la estremecedora Alice. Los de Canadá clavan un cierre instrumentalmente soberbio, hablando con pocas palabras y con Tim Darcy acongojado, sobre la incertidumbre nuestro tiempo. La reducción drástica en la parte lírica parece invitar a reflexionar sobre muchas circunstancias ambiguas, pues durante todo el LP se nos han propuesto inquietudes que van desde lo más privado hasta el ámbito público.
Ought culminan con esto Room Inside The World, seguramente el mejor disco de lo que llevamos de 2018, el mejor y más maduro de su carrera, y un aspirante a todo este año. Por si el fichaje por Merge no les ha dado suficiente visibilidad, su nuevo sonido pulido y especialmente riguroso -plagado de referencias finas y minúsculas- hace que su discurso comunal se vuelva automáticamente accesible para un público más amplio, necesitado de un álbum de este calibre.

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