En 1997 Tony Blair era el político más cool del planeta, los hermanos Gallagher acaparaban las portadas de todas las revistas y Ocean Colour Scene llegaban a lo alto de las listas británicas con el magnífico Marchin ´Already. Trece años después muchas cosas han cambiado: Tony Blair se retrató en las Azores, Oasis se han separado y Ocean Colour Scene siguen sacando disco cada par de años, pero sin que realmente le importe mucho a nadie. Y no es de extrañar. Demasiados altibajos, cambios en la formación y sobre todo, demasiados trabajos mediocres muy por debajo de la calidad que demostraron en su día, han hecho que la mayoría de los que disfrutaron de sus primeros discos les hayan olvidado. Con este panorama nada hacía presagiar que Cradock y compañía se sacasen de la manga algo que no fuese sino otro paso más en su descenso a la mediocridad más absoluta. Afortunadamente para todos los que les tenemos cariño, no ha sido el caso.
Saturday no es ni mucho menos el mejor disco de su carrera, que nadie se espere encontrar aquí hits como The Riverboat Song o temas épicos a lo Get Blown Away . No, lo que hay son canciones que por primera vez en mucho tiempo destilan vida y energía, que no es poco. Los ingredientes son los de siempre, y es que a estas alturas no tiene sentido pedirles innovación porque nunca ha sido su fuerte. Lo suyo es el pop-rock más británico que el té de las cinco, Stones, Beatles, influencias mods, folk a lo Traffic… lo de siempre, pero esta vez con gracia, y es que se nota al escucharlas que han disfrutado haciendo este disco.
Se echaba de menos la guitarra de Cradock, apagada en los últimos discos y que aquí vuelve a cobrar energía en temas como Saturday, hermana bastarda de The Circle, o el blues rock acústico de 100 Hundred Floors of Perception. Ms Maylie empieza como una canción que bien podrían haber firmado los Stones del Aftermath y que en su mitad esconde una de las melodías más bonitas que hayan escrito nunca. En Just a Little Bit of Love la voz arenosa de Simon Fowler luce como antaño en una balada que suena a clásico. Sing Children Sing es otro de los puntos fuertes del disco, con su coro gospel y un cierto aire a lo Humble pie. Magic Carpet Days es el primer single extraido del disco, y no podían haber elegido mejor. El tema recuerda en parte a Up on the Downside, con una melodía alegre pero a la vez melancólica, y unos coros “dabada” deliciosos. Hay también espacio para el recuerdo en Harry Kidnap, dedicada a John Weller, padre y manager de Paul, que murió el año pasado. Village Life y The Word nos muestran su lado mas folkie, y para nada hubieran desentonado en B-sides, Seasides and Freerides, su recopilación de caras b de los 90. What’s Mine is Yours y Rockfield beben descaradamente de los Beatles, la primera en sus arreglos a lo McCartney y la segunda en una sección rítmica calcada a la de Tomorrow Never Knows. Postal se muestra quizás como la nota discordante en un disco bastante redondo, y es que los aires modernos a lo grupo del NME que acompañan al tema no les sientan demasiado bien.
En resumen, lo más seguro es que Saturday se ganase un 2 como una casa en el Pitchfork Media si alguno de los que allí escriben lo pillase por banda. Es retro, muy retro, cero innovador, no hay samplers ni ritmos africanos, y sus miembros no llevan pantalones de pitillo ni hacen neofolk casero. No, Ocean Colour Scene son unos tipos ya entraditos en años que dejaron atrás sus días de gloria hace tiempo pero que siguen empeñados en hacer lo único que saben, canciones, y esta vez, les han salido buenas.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7.5/10