Contrariamente a lo que mucha gente pueda llegar a pensar (más de la que creemos), sí, hay vida más allá de Blue Monday, de True Faith, de Temptation o de Bizarre Love Triangle. Recordemos que la banda inauguró los ochenta tras el suicidio de Ian Curtis, cantante de Joy Division. Desde entonces, lo de siempre: varios cortes abruptos en la historia del grupo con las subsiguientes reuniones, diversos cambios de miembros y, entre medias, varios proyectos por separado. Sin embargo, New Order se había guardado un as en la manga: los socorridos descartes, que no son ni más ni menos que las canciones que no les cupieron, en este caso, en el disco anterior.
Este grupo, famoso por poner títulos que, la mayoría de las veces, no tiene ninguna relación con la historia de la canción, es una de las pocas vacas sagradas que queda de la década de las hombreras excesivas, los aparatosos cardados y los colores fluorescentes y, aunque estéticamente huyeron de estos estereotipos, su música sí que guardaba muchas similitudes con la de la época (y nosotros que se lo agradecemos): grandes bases marcadas, repetición y electrónica, y sintetizador a gogó. Y, aunque, como hemos comentado, han mutado en algunas ocasiones, siguen albergando una elegante idiosincrasia que trasciende a lo que hacen. De hecho, este EP es un compendio de temas más que potables, desde el primero al último. Sin embargo, a pesar del hilo conductor que supone su impronta, se observa un eclecticismo general que recorre todo el disco.
Así, el primer corte I’ll Stay with You posee retazos de Depeche Mode compartidos con mucho sabor de la primera etapa de Joy Division para dar paso a Sugarcane, una composición muy ochentena que enlaza con, quizá, la canción más lenta del disco, también con reminiscencias de los primeros tiempos, sobre todo en los bajos. A continuación, siguiendo esta estela pausada, llega Californian Grass, sin duda la más pop y la menos original desde el punto de vista de la composición, aunque nada desdeñable. Pasado el ecuador del disco, una de las grandes joyas: Hellbent (nuestra favorita), un temazo que parece un homenaje a los Dandy Warhols de los cuatro primeros elepés (grandes, grandísimos por aquel entonces y ahora difuntos), todo aderezado con unos suaves toques de Joy Division de fondo, que sirveN de presentación a la octava canción, Shake It up, cuyo comienzo posee un influjo totalmente innegable de Ian Curtis en She’s Lost Control Again para cambiar de tercio y seguir con un estilo más electrónico. I’ve Got a Feeling, uno de los títulos más comunes en lo que a canciones se refiere, es un corte popero igualmente que puede recordar a U2 en sus buenos tiempos, conservando siempre un estilo propio.
Y ya en la recta final, nos despide I Told You So, un gran tema, de nuevo con un suave aroma a Joy y ligeras evocaciones a los duetos en los que Martina Topley-Bird le arrebataba el protagonismo a Tricky, como colofón a un disco corto aunque intenso que, debería ser uno de los grandes del año, no sólo por el peso específico de New Order en la historia de la música contemporánea sino por la calidad de los contenidos de sus canciones.
Uno de los “imperdibles” de 2013.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 4/5