Young viste esta vez sus canciones tan sólo con su clásica guitarra eléctrica saturada y su voz desnuda, acompañada por los overdubs y efectos que el productor de turno ha metido para la ocasión. Todo muy arriesgado, crudo, experimental…Lo que quieran pero, ¿y las canciones en sí mismas? Pues en su mayoría bastante densas y oscuras, de difícil digestión y, en muchos casos, con un cierto aire a demo inacabada. Sin duda, un experimento sonoro digno de alabar en un hombre cercano a los 70 tacos que bien podría estar viviendo de las rentas, pero de ahí a que el resultado sea disfrutable va un trecho.
Sin duda, temas como Walk with Me o Angry World crecen a cada escucha, pero personalmente siempre he creído que si una canción supone tanto esfuerzo por parte del oyente es que hay gato encerrado. Algo que en cambio no pasa con Love and War, la verdadera joya del disco. Un tema en la que sólo su voz y la guitarra acústica se bastan para, en casi seis minutos, demostrar que lo importante son las canciones y no los productores de moda, las texturas o los arreglos. Un destello de clasicismo dentro de un disco extraño que, eso sí, no dejará indiferente a nadie.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 5,5/10