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NAPOLEÓN SOLO – MÁXIMO RUIZ FERRER

Los de Granada se aventuran en terrenos más oscuros, como ya dejaron comprobar con los primeros adelantos que compartieron a principios de año, Pequeña Canción del Espacio y Del Amor Perdido. Guitarreo clásico y letras que van más allá de lo mundano, eso es lo que nos encontramos en Máximo Ruiz Ferrer, el tercer álbum de esta banda que cambió en cierta medida las reglas del juego cuando hablamos de indie made in Spain.

Mientras que en Napoleón Solo en la Ópera, notable álbum de debut, dominaba un indie-pop de lo más electrizante con sus falsetes y toques de música tradicional española (que se ha mantenido por ahora), Chica Disco coqueteó más con la electrónica, sin llegar a sumergirse del todo en ella. Y todo no acabó ahí, porque la inquietud de estos músicos les llevaría por terrenos mucho más sombríos y enigmáticos (no hay más que ver la portada del álbum).

Y, ¿quién es Máximo Ruiz Ferrer? Puede que se trate de un personaje ficticio que buscaba dejar salir al exterior sus canciones; o, más bien, explicado en palabras de la banda: “la recuperación del viejo repertorio de Máximo Ruiz Ferrer era el único plan sensato. Hacer audible la música que Máximo Ruiz Ferrer guardaba en su turbulento interior”. Unas intrigantes declaraciones que no levantaron más que expectación por saber algo más del tal Máximo, una eminencia, por lo que dejan entrever sus letras inquietantes.

Los matices se apoderan de este nuevo trabajo, y es que Máximo Ruiz Ferrer supone un punto de inflexión en la carrera de Napoleón Solo, marcando una nueva dirección respecto a sus anteriores álbumes. Una interesante reflexión sobre el amor, la muerte, (la muerte del amor), el futuro y las incertidumbres del mundo. Cuesta creer a priori que este álbum, tratándose del trabajo más oscuro que la banda ha realizado, tenga también ese punto de luminosidad presente en discos previos, si bien se encuentra de forma distinta, lógicamente, debido a su madurez, evolución y quién sabe qué más factores.

No puedo pensar en el amor, la ayuda que nos dan se vuelve contra ti, ojalá nos dejen en paz, por favor no me ayudes más, hazlo distinto”, por supuesto, con un título como Del Amor Perdido, no podía encontrarse algo más esperanzador que una estrofa como ésta. Se trata de un tema lleno de epicidad, música orquestal y aires folclóricos, como los que se encuentran en Emilia y Pepe, un luminoso tema que brilla con su intensa brevedad (¿por qué no durará más?).

Tengo un futuro cada vez más crudo, no puedo encontrar la calma, por muchas pastillas que pueda tomar, siempre va a estar atacada”, canta Alonso Díaz en Yuliana Juliana, una canción de amor alejada del azúcar que tantas otras añaden a sus versos, pero con la misma intensidad, pasión e incertidumbre de quien no puede dejar de pensar en una persona, por muchos problemas que se topen en su camino, aunque provengan de dicha persona. Uno de los temas más frescos, naturales y fáciles de escuchar del disco.

Máximo Ruiz Ferrer, en conclusión, es un álbum con múltiples lecturas, que disfrutarán todos aquellos oyentes ávidos de descubrir una nueva faceta del grupo granadino. Una sorpresa con la que muchos les descubrirán, abriéndose a esta nueva aventura sonora que parece recorrer en la media hora de su duración todo el pasado reciente de nuestra música, a través de influencias tradicionales que convergen en una ópera rock difícil de describir pero fácil de disfrutar.

Puedes leer aquí nuestra entrevista a Alonso Díaz, vocalista de la banda, y escucharlo aquí:

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