NAO – SATURN

El retorno de Saturno es uno de estos fenómenos astrológicos que tanto entusiasman y engatusan a muchas personas. Se basa concretamente en el momento en que el mencionado planeta regresa a la posición exacta en el cielo en la que estaba cuando uno nació. Este tránsito se da muy pocas veces, la primera de ellas cuando nos acercamos a los 30 años y representa el abandono de la juventud.

Este movimiento cósmico es el origen del que parte la idea que ha tejido Neo Jessica Joshua, más conocida como NAO, para su segunda referencia en largo. Así ha querido la británica ilustrar cómo ha alcanzado la treintena, pero este Saturn puede servir también como metáfora de la madurez que parece haber adquirido en ciertos aspectos en este álbum. Si no han entendido exactamente de qué va el asunto del Horóscopo, la propia artista deja la explicación en el interludio.

Tras su jovial, bailable y discotequero debut, For All We Know, la joven intérprete -cuyo número de seguidores se ha ido ampliando de una manera notoria en los últimos dos años- ha decidido equilibrar el resultado y expandir un poco más su sonido. Eso sí, las referencias claras del funk, soul y r&b tanto de grandes del siglo XX como de artistas contemporáneos se mantienen.

El balance comentado lo proporciona la mezcla consistente de baladas y piezas con la pista de baile como objetivo. Para ello, NAO ha contado con una lista de colaboradores de auténtico lujo y que otorgan todavía más temporalidad al trabajo: desde jóvenes representantes de la música negra como Daniel Caesar o Kwabs, hasta el viral Mura Masa (con este no es la primera vez que se junta), pasando por la Orquesta Chineke!, la primera de Europa de música clásica formada por miembros de minorías étnicas.

Con toda esta ayuda, en Saturn aparecen temas que marcan una senda continuista como la apertura, Another Lifetime, o cortes de clara vocación bailable como If You Ever -por las redes circula una mejorada versión junto a 6lack-, Love Supreme o Yellow Of The Sun. No en vano, el DJ y productor GRADES vuelve a estar a los mandos de la nave.

En una línea que puede resultar igual de atractivo para amantes del pop mainstream como para ‘haters’ de los sonidos comerciales, NAO mantiene un aura y magnetismo evocador, así como unas dotes interpretativas y variedad de registros vocales evidentes.

Éstas se dan cita sobre todo en los momentos más emotivos del disco: la homónima, con el acertado juego vocal entre Kwabs y NAO; la resplandeciente Orbit, otra referencia universal, en la que nos mece a su antojo y recuerda la figura de D’Angelo Like D’Angelo said, ‘How does it, how does it feel?‘»); o la provocativa Curiosity, con bases más oscuras a las que nos tiene acostumbrados.

En definitiva, la prometedora cantante británica se asienta en el neo soul contemporáneo con un segundo trabajo que, si bien no innova demasiado en el género, resulta un repertorio de lo más accesible y agradable para el oído. Asimismo, la voz de la interprete se ve rodeada, además de las bases electrónicas, de otros elementos orquestales haciéndolo menos repetitivo y tendencioso que el debut.

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