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NACHO VEGAS – VIOLÉTICA

Tenemos nuevo disco de larga duración de Nacho Vegas, 4 años después de su trabajo Resituación. Entre medias hemos disfrutado de su EP Canciones populistas, en el que ya pudimos confirmar la deriva hacia textos políticos y sociales. El artista gijonés demuestra que está más en forma que nunca con canciones como Ser arbol, La última atrocidad o A ver la ballena. Estos están a la altura de cualquier corte de toda su trayectoria, a nivel de letras y también a nivel melódico. Un disco atrevido por su formato, 18 canciones que conforman un disco doble (en el soporte de vinilo son tres), pero también por su contenido. Letras más comprometidas que nunca, temas controvertidos y un acercamiento a géneros musicales como la cumbia en Todos contra el cielo. En este Violética, grabado también en el estudio de Paco Loco, ha contado con Abraham Boba (León Benavente) como es habitual y Edu Baos, Manu Molina, Joseba Irazoki, Luis Rodríguez y César Verdú. Las colaboraciones han corrido a cargo de María Rodés, Christina Rosenvinge y Cristina Martínez.

Con los singles ya dejó claro que iba a ser un disco con ideas muy directas, Ser Arbol e Ideología no dejan lugar a dudas solo con su título. Pero a lo largo de las 18 canciones hay referencias a otros temas candentes como los CIEs en Crimenes Cantados o a la violencia de género en la conmovedora La última atrocidad.

El disco comienza con El corazón helado, una composición con gran protagonismo de los coros, e incluso un solo de guitarra, algo poco habitual en su trayectoria reciente. Le sigue Ser Árbol, un bonito alegato ecologista en el que se personifica en un árbol. Con apenas guitarra, su voz y la de María Rodés más unos ligeros arreglos construye un relato precioso lleno de luz y esperanza. Un corte imprescindible. Bajo el puente de L’Ará tiene un toque de burlesque y toma un aire más oscuro, acorde al tema que narra. En Todos contra el cielo nos sorprende con una curiosa cumbia que lleva a su terreno y de la que sale indemne, que no es tarea sencilla al introducirte en otros géneros.
Desborde es otro de los grandes temas del disco. Además de las referencias a la monarquía, encontramos una frase recurrente en su trayectoria, “nos quieren en soledad, nos tendrán en común”, que ya es un mantra.

Las palabras mágicas pasa un poco más desapercibida entre la canción que le precede y la que le sigue. Pese a todo deja destellos con unos arreglos de guitarra muy interesantes. Crímenes cantados es una feroz crítica a los CIEs. Un relato costumbrista de los dos últimos sucesos ocurridos en estos lugares. Cualquiera que tenga corazón sentirá como se le rompe al escuchar esta canción. Imprescindible en su trayectoria, maravillosa de principio a fin. Con La voz tomada sucede algo parecido a lo que hemos contado de Las palabras mágicas. No alcanza el nivel de los grandes temas del disco.

Y termina el primer volumen del álbum con Todo o nada en colaboración, de nuevo, con María Rodés. Otra maravillosa canción para el recuerdo, una agria historia de amor con una instrumentación delicada y exquisita.

Segunda parte de Violética – Nacho Vegas

En Maldigo del alto cielo colabora Christina Rosenvinge y es una de las mejores noticias. Potente y con arreglos que recuerdan al sonido de León Benavente, es una buena forma de recordar las colaboraciones entre ambos artistas. Un ejemplo de discreción es un guiño a esos temas más folk americano que caracterizaron las composiciones del artista gijonés hace unos años.

Ideología fue el segundo single de Violética, un tema reivindicativo que gana con las escuchas por la profundidad de su discurso, aunque quizá sea poco dinámico y esto le hace parecer más plano de lo que en realidad es. La última atrocidad es otra obra de arte, de las cinco mejores del álbum. Un relato sobre la violencia doméstica y las relaciones tóxicas. Un diálogo entre Nacho Vegas y Cristina Martínez mordaz, divertido y trágico, que está a la altura de sus mejores obras, desde la instrumentación a cada palabra de la letra. Los sabios idiotas es otro tema íntimo que va de menos a más. Tengo algo que decirle sigue la línea ácida y directa del resto del disco, aunque con el mensaje un poco más diluido. El cantante asturiano juega en este corte con la censura, tan extendida últimamente en el país, y la brutalidad policial.

(Pasamos) El Negrón pertenece al grupo de Los sabios idiotas o Las palabras mágicas, sin ser decepcionantes no están al nivel de otros cortes. Aida es una bocanada de aire fresco, una historia sobre la revolucionaria Aida de la Fuente con forma de canción protesta de la de siempre. Bien construida y con un estribillo que cala. Y para finalizar A ver la ballena es perfecta. Un relato sobre la llegada de una ballena a la costa y la interacción de los habitantes con ella. El proceso mental por el que debieron pasar aquellas personas está perfectamente narrado y la moraleja es divertida y certera.

Nacho Vegas firma un disco cercano al sobresaliente, que quizá no entusiasme a todos aquellos que se declaren apolíticos. Para todos los demás, una colección de historias y relatos impresionante. Merece la pena abarcarlo, ya que pese a su tamaño es un disco sencillo de escuchar, nada denso y muy dinámico. Probablemente uno de los mejores del año en España.

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