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MY MORNING JACKET – CIRCUITAL

MY MORNING JACKET - CIRCUITAL¡Qué fácil es decir que todo está inventado! Si bien es cierto que vivimos en una época donde la creatividad echa a menudo la vista atrás en el pasado, también es cierto que hay quien consigue aportar un giro enriquecedor a las raíces. Un buen ejemplo es el ultimo trabajo de My Morning Jacket titulado Circuital que un servidor ha tenido el placer de gozar justo unos días antes de que haya llegado en las tiendas este 31 de mayo.
Fue en su cuarto LP, Z, cuando el quinteto de Kentucky expandía su particular visión de rock-folk sureño y empezaba una carrera experimental que tras su Evil Urge (2008) sigue su curso en este  disco. Una evolución que, según expresó su vocalista Jim James, busca su máxima realización encima del escenario y que parece ser el objetivo a alcanzar con este trabajo. Pero no sólo eso, Circuital es también un guiño hacia ese estilo que los caracterizó en sus tres primeros discos. Suena a rock, a country y a folk norteamericano pero sin abandonar del todo esa herencia indie de los últimos trabajos. En homenaje a esos inicios austeros cuando ensayaban en un silo de trigo de Louisville, Kentucky, My Morning Jacket vuelven a su ciudad natal y nos sorprenden con una grabación poco convencional. Es allí donde deciden usar un gimnasio de una iglesia local como estudio y registrar la mayoría de los temas en directo, en 24 pistas, con un sonido poco mejorable, y con todos los músicos situados de forma circular, lo que sirvió de inspiración para dar título al álbum.
Estilísticamente más consistente (coincido con las palabras del vocalista y letrista para la Rolling Stone), en este sexto trabajo encontramos un sonido más épico y progresivo con un mayor uso de cuerdas, además de coros femeninos  y las voces sobregrabadas de Jim. Una propuesta interesante que se atreve a experimentar con el rock sureño más clásico, la psicodelia o la canción de autor, y que logra transportarnos a los grandes tiempos de los grandes como Neil Young, Springsteen o los America, estampando las barras y estrellas en cada poso de folk y country que desprende.
El quinteto de Kentucky abre con dos canciones que insinúan perpetuar el camino marcado en su última entrega. Victory dance, la primera, se situa a medio camino entre lo que siempre fue My Morning Jacket y la ultima vuelta de tuerca que aparecía en Evil Urge. Se trata de un tema que se irá construyendo poco a poco mediante una atmósfera chill out con la voz casi desnuda hasta la psicodelia, propia de unos Doors perdiendo la compostura. Luego aparece Circuital, que además de bautizar el disco se presenta como la canción de más larga duración (7:19 minutos) y tal vez la más ‘compleja’ de este álbum. Un minimalista riff repetitivo a modo pizzicato con un Jim espléndido que tras dos minutos desembocará en ese rock progresivo de los 70’s al más puro estilo de Yes. Uno de los temas más destacados que la propia banda colgó en la red hace unas semanas para ir abriendo boca.
A partir de ahí, las expectativas musicales dibujadas en los primeros quince minutos hacen un giro y saltan dos discos atrás hasta la época de It Still Moves, At Dawn o The Tennessee Fire. Wonderful (The Way I Feel) es una magnífica canción en guitarra acústica donde la voz se decanta por un estilo más crooner y que hará las delicias de los amantes del country.
Holding On The Black Metal vuelve a sorprendernos. Inspirada, por no decir calcada, a una canción de pop tailandés titulada E-Saew Tam Punha Huajai de Kwan Jai & Kwan Jit Sriprajany (!tenéis que hacer la comparativa!), nos encontramos ante un curioso tema con aires swing-jazz-funky con unos solos que a la primera escucha me recordaron inevitablemente al gran Santana y que me ha tenido enganchado durante días. Tranquilos, si la curiosidad os corroe, la banda os permite escucharla si le dais al “me gusta” de su Facebook. Fácil, no?
Otra gran canción para mi gusto es First Light. Esta vez, con aires de Beatles en la voz y en el bajo, tiene a mi juicio bastantes números para convertirse en una de las más aclamadas por el público en los directos.
Finalmente, Slow slow slow Tune pisa el freno y baja el tempo del álbum con un Jim James que cambia de registro a graves y se pone más sensual que nunca en una balada que hace justicia al título. Más folk y tranquila, aunque sin obviar el ya habitual subidón del final que encontramos en casi todos los temas y que hace notoria una predisposición en la composición pensando en el show en vivo. Y como colofón que cierra este LP de diez pistas, Moving away, otra canción tranquila articulada alrededor de un piano precioso que nos dejará un emotivo sabor de boca.
Un buen disco con el que cabalgar por el sonido del futuro y pasado del rock americano sin complejos ante la experimentación, que podremos adquirir desde ayer. Además, coincidiendo con su lanzamiento, la banda nos ha regalado un concierto de presentación desde el Teatro Palace (Louisville) a través de Youtube para el ciclo Unstage. Pinta bien, ¿no?
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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