MOGWAI – ATOMIC

El nuevo trabajo de Mogwai no es un disco al uso. Su proyecto de banda sonora para la serie documental de la BBC, Atomic, en el que se hace un recorrido por la historia de la era atómica sin que haya más hilo conductor, narrativamente hablando, que ese tema, ha permitido a los escoceses hacer un trabajo mucho más experimental (aún) de lo que nos tienen acostumbrados. Del mismo modo que la pieza documental es prácticamente un trabajo de videoarte, Mogwai apuestan por una música mucho más cercana a los postulados «arties» y esotéricos de bandas de principios de los 70, llevándonos a pasajes mucho más «culturetas» y pretenciosos, acordes con la concatenación de imágenes visuales de Atomic.

El postrock, mucho más experimental y centrado en las texturas emocionales, más que en la reiteración de fórmulas, del que Mogwai son estandarte y pieza clave, no está presente sino en en el sentido telúrico de las texturas propuestas en este Atomic. Es esta la única parte en común que podemos encontrar con trabajos como Rave Tapes o Hardcore Will Never Die But You Will que, pese a salirse de lo genérico de un postrock que como estilo es cada vez más formuláico, no deja de ser una expansión del género. Atomic, está más cerca de su Les Revenants, otra banda sonora, esta vez para la serie de televisión o de Zidane: A 21st Ceury Portrait. De todos modos, en este Atomic los escoceses se acercan mucho más a las texturas y las composiciones de unos Tangerine Dream, el primer Vangelis, Popol Vuh o un Brian Eno que a su propia mitología postrockera. Esto no es malo en sí, al contrario, es una excelente manera de combinar estilos y de readaptarse aprovechando la imagen como excusa para componer en base a ella y no en base a un mero componente música,  o a la construcción o deconstrucción de la canción como forma mínima de expresión musical al igual que un plano o una secuencia, lo son de la expresión cinematográfica. El problema es que es un disco que, si no acompaña a las imágenes para las que está pensadas se queda plenamente vacío y pierde su esencia como disco o obra musical. Algo que le pasa a un sinnúmero de composiciones para bandas sonoras, y que forma parte de su misma esencia como artefacto.

Mogwai, de todos modos, ya presentan esa problemática en sus propias composiciones, no por ser bandas sonoras, sino porque su música remite, constantemente, a las imágenes mentales que cada uno como oyente, puede hacerse de manera unipersonal y propia al abordar su música y con el título de la canción como mera guía para establecer un marco mental de aproximación hacia cada una de ellas. Al ser la propia banda la que ha hecho el ejercicio mental de componer pensando en las imágenes, el resultado ya no es el mismo y Atomic se convierte en mero acompañamiento para el audiovisual al que se dirige.

Hay ideas interesantes, por supuesto, porque Mogwai siempre las tienen, como profundizar mucho más que otras veces en los sintetizadores y la electrónica, obviando a la guitarra como pieza compositiva. O ese acercamiento hacia el prog más expansivo y a cierta new wave que resulta de la mutación de un progresivo hacia cosas menos etéreas y más texturizadas, es más, de hecho le encuentro enormes parecidos con una pieza como es Commuter 23 de Blancmange. Pero en definitiva, Atomic, sólo puede entenderse como lo que es y no como lo que esperamos que sea. Es decir, no es un nuevo disco de Mogwai, es una banda sonora de de la banda para un producto en concreto y, en base a eso, es un buen trabajo porque cumple su cometido, en cambio, como disco de Mogwai preferimos quedarnos con trabajos como Hardcore Will Never Die Bit You Will o Rock Action.

Jorge De Arlanza

spot_img