MODERAT – III

Tras dos notables y sofisticados álbumes, el producto que surgió de la unión de Modeselektor y Apparat -hace ya 13 años- nos trae por fin el cierre de la trilogía con más desacuerdos que uno pueda imaginarse. Nombrados como el mejor directo de 2009 (Resident Advisor) Moderat han sido durante los últimos 7 años una banda no para todo el mundo, pero tremendamente resultones gracias a sus suaves y accesibles melodías. Esta producción tan excelsa y bella es la que les ha hecho saltar por tantos circuitos más y menos alternativos (son indispensables en vivo) durante los pasados cursos. Tras un debut confuso pero atractivo, y un segundo álbum más puro e interesante, las expectativas sobre III debían ser altas.
Pero una vez más no ha habido suerte. Parece que más por inercia que otra cosa el trío formado en Berlín se metió en el estudio a completar un nuevo largo para volver a salir a girar por el mundo. No hay A New Error, no hay Versions, Bad Kingdom o Milk. En este tercer disco Apparat recibe más protagonismo del que puede manejar (no me malinterpreten, a pesar de su gran capacidad en solitario) y contribuye a desinflar unas bases que ya de por sí suenan en ocasiones pobres o poco trabajadas. Sí, hay sonido Moderat, una combinación de nuevo excelsa en algunos instantes, pero como hace unas semanas decía de Animal Collective, parece que lo mejor que les queda a estos productores por ofrecer está en sus otros proyectos paralelos y no en este. Es complicado conservar la etiqueta de IDM para este trabajo, que recurre a muchos ganchos clásicos y predecibles, III juega en una electrónica alternativa que bien podría acercarse más a la moderna que a la mera vanguardia o los géneros más inestables y rompedores de nuestros días. Esto desgasta fácilmente unas canciones que quedan sin estímulos a las pocas escuchas (salvamos la sección instrumental de Intruder junto con algunas transiciones y crescendos bien hilados como en Eating Hooks o Reminder).
La canción más “valiente” del largo sería Animal Trails, en la que además de anular cualquier voz no sampleada se tira un tanto de un repertorio más amplio, sintetizadores retocados y nuevos junto con varias fases rítmicas que despiertan la atención de uno. En última instancia ni esta canción ni el flojo cierre terminan de salvar a un álbum que se esperaba cerca del sobresaliente y a su horrenda portada (que tampoco vaticinaba nada bueno).
III cierra así la primera etapa de Moderat, de forma segura, tranquila y sin sorpresas. Pero esta seguridad no es tan útil como la anterior, hay una falta de riesgo que se hace notar en prácticamente todos los temas que componen el álbum, que parece un mero trámite hacia la continuación de otros objetivos.
Moderat desvelan (por si aún no lo teníamos claro) así la intención última de su proyecto, que vira a la de trabajar en sus ensordecedores y bellos directos, dejando un poco de lado las composiciones que piensan tocar en ellos. Esta herramienta no es errónea, pues en sus shows funcionan magistralmente, pero si el producto que ofrecen no es de una calidad tan potente como los mismos, nos preguntamos hasta cuando les durará el éxito.
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