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MIDLAKE – ANTIPHON

El 5 de Noviembre nos llegaba de manos de Bella Union Records, en Europa, y de ATO Records, en Estados Unidos Antiphon, el cuarto álbum de estudio de la banda americana Midlake.

Se trata del primer álbum con Eric Pulido como la voz principal. Este cambio se debe a que, después de su anterior trabajo, The Courage of Others (2010), Tim Smith, antiguo vocalista y líder de la formación, abandonó el grupo para centrarse en Harp, su proyecto paralelo. A raíz de esto, Pulido fue ascendido de guitarrista a cantante y escritor de las canciones. También se incorporaron dos nuevos miembros a la banda: Jesse Chandler en los teclados y Joey McClellan en la guitarra.

Tal y como dijo Eric Pulido sobre Antiphon, “es la representación más honesta de la banda como un conjunto”. Esto se debe a que antes, con Smith, todo giraba alrededor de su visión y sus decisiones, pero cuando éste se fue, Pulido dio a cada uno de los miembros más libertad para respirar, buscar su estilo y participar en la composición de la música.

Con este nuevo álbum, Midlake ha marcado un antes y un después en su discografía, pues es diferente a lo que había hecho hasta ahora el grupo. Ya no persiguen un objetivo concreto en sus canciones, pero la composición no es tan exigente. Un disco lleno de efectos cargados de guitarra eléctrica y sonidos artificiales psicodélicos. Como ejemplo, destacaría la canción instrumental Vale, que suena como si un grupo de buenos músicos estuvieran tocando lo que en aquel momento quisieran. Pero es una canción que está fuera de lugar, no hay una unidad concreta con el conjunto de temas que lo rodean. Aun así, como canción sola, está muy bien.

Antiphon apunta más al rock y menos al folk, más progresivo y menos nostálgico. En la primera canción, que tiene el mismo título que el álbum, además de las guitarras distorsionadas, hay un grupo de flautas y otros instrumentos que no son de cuerda que suenan de fondo y dan un toque de blues psicodélico a la canción, haciéndonos pensar en algunos temas de Fleetwood Mac. The Old And The Young, con su bajo fanfarrón y la interesante voz de Pulido, es una de las canciones destacadas del álbum, convirtiéndose a su vez en una de las mejores del grupo.

Ages es un tema curioso, el más representativa de la evolución musical de Midlake. Tiene una letra ambigua que implanta la idea de no permanencia. El sonido de percusión, que imita el latido del corazón, se transforma en un elemento dramático, así como las líneas de sintetizador que aparecen después, para pasar, a continuación, a un solo de guitarra. Es una combinación de sonidos que transmiten una sensación diferente a álbumes pasados como The Courage of Others, pero que aquí constituye una de las bases del disco.

Pero como pasa con otros trabajos de Midlake, la segunda mitad del álbum va perdiendo fuerza hasta llegar a un punto de aburrimiento. Después de Vale (y exceptuando Ages), toda la melodía suena igual, como un pequeño zumbido, provocando que el interés del oyente vaya disminuyendo; sensaciones bien diferentes de las que te provoca el arranque del álbum.

Y esto es un problema. Si su innovación sólo tiene interés en la primera mitad del álbum, puede hacer pensar a sus seguidores que el intento de renovación sólo fue efectivo por un instante, y que aún necesitan trabajar para conseguir encontrar su propio sonido y que este pueda mantener el mismo valor de calidad a lo largo de todo el trabajo. Quizás, si en vez de únicamente 6 meses de preparación de Antiphon, hubieran dedicado un año, el resultado hubiera sido diferente. Un álbum que a muchos les puede dejar con un sabor agridulce en la boca, interesante en sus primeras canciones, aburrido en las últimas.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6.5/10

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