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MENDETZ – SILLY SYMPHONIES

Desde que anunciaran su vuelta a los estudios, los fans de Mendetz nos estuvimos comiendo las uñas de los nervios. Por un lado, por las ganas de escuchar nuevo material, que FutureSex y Maximo Trufatto, aunque eran temazos, ya no daban para más. Y por otro, porque queríamos ver si habían superado ese bache que sufrieron con su segundo larga duración. Y es que mientras que, allá por 2006, su debut homónimo les encumbró como una de las bandas a seguir muy de cerca, Souvenir no dio un buen resultado. Y no porque fuera un mal disco, al contrario, se notaba a la legua que los componentes se habían dejado la piel en cada una de las canciones en un ejercicio de experimentación y ganas de sacar el 100% de cada tema. Pero tanto rizaron el rizo que al final los temas se convirtieron en canciones de duración interminable cuajadas de capas instrumentales en las que podías perderte a la mínima. Probablemente, como caras B o “rarezas” hubieran funcionado bastante bien –que poquito se reivindican The Ballad of the Lonely Fisherman And His Groovy Fishes y Souvenir, con lo buenísimas que son-, pero en conjunto la cosa no funcionó. Es bastante significativo que la canción con más tirón del álbum fuera su versión del mítico Freed From Desire de Gala. Claro que, si el disco no les dio los mejores frutos, esta versión de la diva de los 90 les ha traído un alegrón. Pero vayamos por partes.

Concretamente, vayamos hasta marzo, cuando Mendetz por fin decidieron mostrarnos el primer corte del nuevo trabajo. Creepshow sonaba a las mejores canciones de la banda pero, horror, 5 minutazos y pico en los que se repetían los patrones de Souvenir. Manos a la cabeza, ¿acaso tropezarían con la misma piedra? Nos despejaron las dudas con Hap Your Clands, un tema con una letra delirante, un vídeo todavía más asombroso y desde su lanzamiento, un himno para los fans de la banda. Ahora sí, Mendetz nos daban razones para confiar en sus Silly Symphonies y efectivamente, no nos han defraudado. Porque los catalanes han confeccionado un álbum hecho de hits sin pausa, cargados de sintetizadores, quizá menos perfeccionista, pero mucho más directo, con una potencia asombrosa, más pop y accesible que sus anteriores trabajos, pero con ese sonido electrónico marca de la casa que les acerca a la liga en la que juegan Justice, MillionYoung o Starfucker.

Aviso: que nadie busque Creepshow en Silly Symphonies porque no está. O bueno, sí está, pero dividida en dos partes: por un lado, el corte que abre el álbum, 2012, canción que cumple con la función de avisar de la fiesta que se avecina, y Phantotheque, teñida de ciertos aires noventeros. La sección “es imposible que escuches esto y no saltes de la silla” viene encabezada por temas como Plasticine, Tie-Break y con la cachondada mental de Spam –analicen la letra con calma-. Claro, que para revientapistas, Escalera, el tema por el que se paralizó la salida del álbum tras una llamadita de Gala, la mismísima reina de las pistas en los 90, que estaba dispuesta a colaborar con ellos tras el buen sabor que le había quedado al descubrir la versión mendetziana de Freed from Desire. Ojo, que no es la única conexión con el “pasado”. Como ellos mismos han explicado, Silly Symphonies es un homenaje a Walt Disney y sus películas experimentales. Y descubrir que B.Y.E. guarda un fragmento del corto El toro Ferdinando a algunos nos ha puesto tiernos y nos ha traído recuerdos dulces, palomiteando frente al televisor con las pelis de dibujos de nuestra infancia.

Claro que, en este disco, no todo es jolgorio, y es que la banda se ha atrevido con su primera balada, titulada Laudrup. No desconfíen de lo que un grupo tan apegado al sonido más discotequero puede ofrecer en este terreno, porque con esta canción demuestran que no hay estilo que se les resista: la emotividad aflora sin esfuerzo y Laudrup no desentona con la tónica general del largo. Lo que está claro es que Mendetz han conseguido superar todas las expectativas. Si el mundo es medianamente justo, sus temas sonarán en más de una fiesta nocturna. Y si no, tampoco importará demasiado, porque lo que está claro es que Silly Symphonies es uno de los mejores estrenos nacionales del año.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10

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