A lo largo de su carrera Mark Pritchard ha tenido tantos proyectos y pseudónimos como Ty Segall o Aphex Twin. Aunque este hecho no deja de ser común en el ámbito en el que se mueve, (IDM, ambient) sí que resulta chocante que haya tardado más de veinte años en sacar un álbum íntegro con su nombre real. Durante los 90 Pritchard fue una de las grandes figuras en la renovación electrónica futurista venida de manos de AFX, Boards Of Canada o Autechre, apareciendo él como Reload, Global Communication, Link… Sin duda su carrera es una de las más tapadas del sello Warp, y tras experimentar hasta con el grime hace pocos años, el músico inglés parece haber retomado las vías del ambient y la música experimental.
Under The Sun es un disco largo (65 minutos, 16 canciones), un disco denso y de cocción muy lenta del que es fácil desconectarse y perderse, pues sus espesas capas y mapeos sonoros se extienden hacia el infinito. Abre con ?, un corte que ya tenía varios años y que ayuda perfectamente la interiorización del mood del álbum. El tema se apoya sobre unos minimalistas sintetizadores que no exentos de una gran tensión, crecen durante seis minutos para difuminarse en la entrada de Give It Your Choir (con Bibio). Este se transforma poco a poco en uno de los mejores cortes del disco, con los coros armónicos y agradables, Pritchard va construyendo una sensación anómala, en la que cada canción es un lugar de la realidad rediseñado en el que perderse, muy acorde con el fantástico videoclip de presentación de Sad Alron. Dentro de este nuevo espacio generado por Under The Sun, hay lugares recónditos que son más y menos agradables o confortables. Aunque no hay ningún lugar en el que el oyente pueda sentirse del todo seguro (en las melodías siempre hay una extraña atmósfera que genera cierto recelo) Infraded y The Blinds Cage son especialmente oscuras. A Ellas se podría unir el portentoso corte de drones y sintetizadores Ems, pero éste resulta sobrecogedor para bien.
Under The Sun es excesivo y farragoso, muchos momentos resultan aparentemente innecesarios, pero a pesar de ellos la entrada de los grandes temas borra cualquier atisbo de negatividad y devuelve el enrarecimiento y el disfrute al oyente. Beautiful People, con Thom Yorke, es un claro ejemplo de ello, casi sin tensión, con mucha mesura va envolviendo sobre las voces distorsionadas del cantante británico al que la escucha, terminando de nuevo en este constante difuminarse que da paso a la juguetona Where Do They Go, The Butterflies. Los tres momentos álgidos del disco llegan con Sad Alron, Ems, y el cierre que le da nombre al mismo. En el primer caso, el ambient sobrepasa los niveles terrícolas y se convierte en una banda sonora de colonización espacial, una aventura inédita que nos mantiene en una constante incertidumbre, con la respiración cortada y la sensación de que no hay vuelta atrás. Por extrema que parezca esta descripción, lo evocador de algunos momentos del largo es bárbaro, una obra de ingeniería y paciencia que parece reservar siempre algún misterio oculto. (compúebenlo ustedes mismos)
Hi Red más que como interludio funciona como preludio fantasmagórico que da entrada a Ems, la pieza más larga y estática de todo el disco, pero también de las más apasionantes. Este tema va construido sobre unos alarmistas sintetizadores, que guían la canción y que se ven sobrepasados por una salvaje distorsión, la cual parece acercarse al clímax de producción técnica por parte de Pritchard. Lo que se le pueda a uno pasar por la cabeza mientras está dentro de Ems (como si esta fuera un cuerpo interestelar) parece lo más relevante del mundo. El sonido y sus formas son tan dramáticos que realmente quiera uno o no, si se escucha bien parecerá este uno de los momentos álgidos de la electrónica de este año. El disco cierra con Under The Sun, un constante leitmotiv del sampleo de una canción que tiene quinientos años, la intención no creo que pueda adivinarse, pero le da un aire emocionante y sobrecogedor al final del álbum, que flojea en los últimos temas.
En su vuelta a la faceta con la que más nos ha conquistado, Mark Pritchard demuestra que el genio sigue presente a pesar de tener ciertos momentos difusos y embarullados. Under The Sun pasa de sobra el corte con grandísimos momentos para su discografía y para la electrónica de este año, y aunque no cumple con todas las expectativas resulta indispensable.