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MANIC STREET PREACHERS – FUTUROLOGY

Con Futurology estamos ante una vuelta de tuerca más al sonido de Manic Street Preachers, no exento a estas alturas de carrera de clasificaciones. Porque después de una docena de álbumes, ¿cuál es el sonido Manics? Lo más sensato sería decir que el original, aquel glam ochentero insuflado de espíritu punk, aunque las continuas revisiones no desmerezcan el apelativo. Por ello, y más después de escuchar Futurology, podemos afirmar que el “sonido manics” en realidad no existe, pero lo que sí existe es un “espíritu”, un espíritu cambiante, pero siempre violento y crítico a la vez que sensible y emocional, y que en este nuevo álbum, aunque de distinta forma, se sigue manifestando. Esas letras duras características de los Manics se mantienen en Futurology, tanto cuando adquieren un tinte crítico y hasta político (Let’s Go to War, Europa Geht Durch Mich o Sex, Power, Love And Money, por poner ejemplos) como cuando derivan en lo personal o más emocional (Between the Clock and the Bed o Misguided Missile)

En cuanto a lo musical, Futurology se aleja totalmente de su predecesor, Rewind the Film, con marcadas influencias alemanas y más cerca del avant garde, el krautrock, el Bowie de la trilogía berlinesa e incluso algo de la crudeza post punk, explotando tendencias que, aunque sutilmente, se han ido manifestando a lo largo de la carrera del grupo. Ese sonido base de sintetizadores ochenteros, ritmos frenéticos, guitarras hiperdimensionadas y voces proféticas se va a ir transformando a lo largo del disco, adquiriendo en algunas ocasiones un tono más luminoso y pop (Futurology, con ese “One day we will return, no matter how much it hurts”, o The Next Jet to Leave Moscow, con recuerdos del paso del grupo por Cuba), y en otras un tono más crudo e incisivo acorde con la crítica que lleva enmarcada, como la asfixiante Let’s Go to War o Europa Geht Durch Mich, con ese pulso robótico y la sensación de futuro distópico demasiado cercano. Así, aunque el sonido va alternando, las tomas más duras como estas últimas ganan protagonismo, con una atmósfera conseguidísima que la elevan a algo así como himnos de caídas. Entre medio se mueven temas como Black Square, todavía con ese espíritu combativo pero un sonido con más enganche, a la vez que una instrumentación muy elaborada. Mención aparte merecen las sobresalientes Sex, Power, Love And Money, que recupera los guitarrazos y suena a revisión del espíritu punk de los primeros días de la banda, y Walk Me to the Bridge, destacable en todos los sentidos y con una letra que lo mismo puede inspirar una cosa o recordar otra.

En un tono más calmado y sentimental están Divine Youth y Between the Clock and the Bed, ambas con un especial tono sensiblero en las voces, y Misguided Missile, en la que la parte rítmica se luce sobremanera bajo la voz magnificada de Bradfield. Completando el álbum están la sobresaliente instrumental Dreaming a City (Hughesovka), con ese riff de serie de ciencia ficción ochentera y ese impulso rítmico imparable, y, siguiéndole muy de cerca, Mayakovsky, también una mezcolanza increíble de géneros y sonidos.

Cuando uno empieza a escuchar Futurology es inevitable echar de menos una vez más la parte más cruda y guitarrera de los Manics, pero tras varias escuchas se puede degustar lo que es un gran disco,  un disco amplísimo y una apuesta arriesgada pero también consciente y seria que no pierde inspiración en ningún momento. En un auténtico ejercicio de estilo y de madurez la banda galesa consigue que en Futurology todo suene a clásico (incluso más en su futurismo), y lo que es más importante, transmitir la prevalencia del espíritu dejando claro que ni el mensaje ha cambiado ni los Manics han acabado.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8,5/10

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