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LANA DEL REY – BORN TO DIE

LANA DEL REY - BORN TO DIE¿Habéis oído hablar del hype? “20.000 veces y subiendo”, me diréis. Pero por si alguno no termina de saber de qué estoy hablando, resumámoslo en el paso de un artista X del absoluto anonimato a la fama mundial en cuestión de semanas con apenas dos o tres canciones, y con tanta atención por parte de los medios que ya no sabes si pensar si X realmente merece la pena o en realidad su presencia en todas partes forma parte de una campaña de marketing que oculta un bluff en toda regla.

 

Como todos sabréis, el hype del 2011 tiene nombre de mujer: Lana del Rey. Para resumir brevemente su historia, diremos que la locura se desató allá por octubre, cuando una desconocida Lana colgaba en Youtube un videoclip de estética retro como acompañamiento ideal para una de las mejores baladas que se han escuchado desde hace tiempo, Video Games. Y que de ahí, el interés por Del Rey ha ido creciendo de manera exponencial y llegando a cotas desorbitantes. ¿Valía la pena tanto jaleo? ¿Lana del Rey es tan buena cantante como parece? ¿O acaso no es más que un producto manufacturado, una nueva chica mona que pasará a ser del montón en cuestión de días? Difícil saberlo sólo con tres canciones en el mercado –la ya mencionada Video Games, Blue Jeans y el primer single oficial del que sería su primer álbum, Born to Die, a pesar de que ya hemos leído tanto alabanzas sonrojantes como críticas despiadadas sin justificación.  Ahora que, por fin, tenemos el álbum al completo, podemos hablar con mayor conocimiento de causa del que todo el mundo –incluidos nosotros- tenía hasta ahora.

 

Y la cosa está en que Lana del Rey ha facturado un primer debut que tampoco es para tanta expectación como ha generado. ¿Esto significa que es malo? No necesariamente. De por sí, este primer trabajo “oficial” (que ya sabemos que existe un primerísimo primer álbum, que por cierto, se relanzará en verano, pero vamos a contar con que Born to Die es el primer álbum editado con todas las de la ley) de Del Rey es correcto,  pero no es nada excepcional, ni va a cambiar las reglas de la música actual ni nos ha revelado a la artista definitiva de todos los tiempos. Vamos, que ha sido un ruido excesivo para unas nueces que, aun siendo agradables de comer, no son tantas como parecían. Eso sí, hay medios que, aún siendo ellos los que auparon a Lana al pedestal del hype, ahora se rasgan las vestiduras y claman contra el disco que ha sacado, aunque ya no sabemos si es de verdad porque la cantante ha hecho un destrozo, o porque Lana ha pasado del indie al mainstream, y si ya es un asunto que conoce la masa, la cosa ya no es tan divertida ni original. Pero sea como fuere, aquí cada cual tiene su punto de vista, así que centrémonos en lo importante. El disco.

 

¿Y qué pasa con el disco de Lana? Pues que es terriblemente excesivo y monótono. Se han estirado hasta el extremo todos los clichés asociados a Lana y su música. Born to Die se eleva sobre tres pilares: 1) las letras, odas al amor, ya sea el amor eterno hacia un hombre que da mala vida a la muchacha, o al amor por lo material. Pero el caso es que todas las canciones hablan de amores complicados; 2) el ritmo de todas las canciones no pasa de los medios tiempos. Predominio casi total de las baladas. 3) el ambiente épico, glamouroso y melancólico que todas las canciones rezuman. Absolutamente todas. ¿Qué, que esto define los tres singles oficiales? Pues ahí tenéis lo que viene siendo también el resto del álbum. Y no hay más.

 

Y vale que la fórmula, en un primer momento, tenía su encanto. Lo tiene en el arranque del álbum, con la sucesión de Born to Die, Video Games y Blue Jeans, salpimentadas con el pegadizo estribillo de Diet Mountain Dew o con el ligero cambio de registro que se aprecia en Off to the Races, la canción  más viva y divertida del álbum. Pero a partir de ahí, el álbum pega un bajonazo considerable, y apenas consigue remontar el vuelo salvo en alguna que otra ocasión. Y es que, como os he dicho, han querido dotar de tanto sonido épico, envolvente y sensual, que han conseguido que todo suene igual de monótono. Fijémonos en National Anthem, una canción que en sus primeras demos parecía destinada a ser uno de los mejores cortes, con esas guitarras sucias y ese ritmo acelerado a la vez que Lana adoptaba su perfil más rockero, para quedar finalmente ninguneada en el álbum por haber pasado por el filtro de la languidez por el que han pasado todos los demás temas. Ojo, que en el álbum hay canciones con madera de single que en un disco mucho más variado, podrían haber sido verdaderas joyas, como pueden ser Carmen, Radio o This Is What Make Us Girls. Sin embargo, los temas quedan sepultados y convertidos en uno más por lo lineal del trabajo.

 

A pesar de todo, la señorita Elizabeth Grant defiende con entereza las canciones, porque no se puede discutir la belleza y calidad de su voz –por lo menos en estudio, porque en directo aún tiene mucho por mejorar-. Sin embargo, es bastante preocupante ver como la estadounidense se ha encasillado con un solo disco oficial en el mercado. Ni siquiera los bonus salvan Born to Die, porque dos de ellos, Lucky Ones y Without You son baladones –emocionantes, pero más baladas para el conjunto- y de Lolita sólo puedo decir que es una canción machacona e infantil.

 

Entonces, después de esto, ¿qué nota le damos a Del Rey? Pues es complicado. Porque por muchos fallos que tenga, Born to Die no es en absoluto un disco infame, en realidad es agradable de escuchar en un ambiente relajado, y no olvidemos que sus primeros singles son canciones perfectas, sin medias tintas. Pero se echa de menos el riesgo, y sobra muchísima grandilocuencia y pose estudiada al milímetro. Nos gusta Lana, pero por favor, que alguien le diga que tanta emotividad y sufrimiento satura, por muy bonita que sea su voz, y que hay vida más allá de los violines y las baladas.

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6.5 / 10

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