Lejos queda ya el Somebody That I Used To Know que la dio a conocer internacionalmente gracias a Gotye, y su periodicidad de publicación no es que la haya hecho muy memorable en el imaginario colectivo. Tras un debut en el año 2011 y un segundo trabajo en 2014, la neozelandesa Kimbra vuelve a las librerías musicales con Primal Heart, un proyecto bastante ambicioso desde su idea original.
Con un total de doce pistas y casi tres cuartos de hora de duración lo publicó el 20 de abril tras unas declaraciones que decían: “Sabía que no podía apurar el álbum antes de que se sintiera listo para manifestarse”. Además, cabe destacar que la producción de este trabajo está muy ligada a los recientes cambios de sus actuaciones en directo pues, tras sustituir una banda completa por algo más “simplista” apoyado en lo digital, se ha visto influenciada por la ayuda de John Cogleton (St. Vincent y Nelly Furtado).
El título es heredado de una búsqueda personal de la esencia más cruda de la artista, y su estilo más “popero” abarcará un público más amplio que sus anteriores de primeras, mas los amantes de los toques extraños serán los únicos que permanezcan hasta el final. La propia Kimbra dijo que en este largo quería contener momentos de una valentía radical, pero tal premisa quizá fuera demasiado arriesgada.
Ya en el single, Everybody Knows, hace autocrítica hablando de su ingenua juventud. Consigue el contraste en otras pistas como Human, que dejará tal individualismo de lado en favor de la búsqueda de alguien que la ayude a sobrevivir. Ambas lo harán bajo el sonido “popero” que se pretendía y se combinan con momentos más cercanos al R&B, pero cabe destacar que su similitud dista cuando se escuchan influencias de soul clásico en el segundo tema.
La experimentación y fusión de estilos fue al que en Top Of The Wold se incluyó un ritmo asistido por el propio Skrillex y su aportación vocal hará que recuerde a su ex compañera de gira, Janelle Monáe, en los momentos en los que se la escucha más rapeando que cantando líneas melódicas. Recovery, por ejemplo, trae de vuelta un swing-pop algo agresivo y habrá quien vea tal mezcla de estilos como un exceso que desencajará la línea central del álbum. Es tal la variedad y los cambios en ciertos momentos que se pierde la conexión propia de un trabajo bien cohesionado y eso puede destacarse como un punto negativo.
Ya al final del tracklist destaca Version Of Me, una balada-pop existencialista que reflexiona ante el público, o la cantante misma, sobre el presente, pero con miras a una evolución que verá sus frutos en el futuro. Y es que, aunque la ambiciosa apuesta era sacar desde dentro instintos primarios y reflejarlos en ondas musicales, Primal Heart es un resultado un poco flojo en conjunto y al que le falta sangre en las venas, al menos tal y como se presentaba.