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JOHN GRANT – PALE GREEN GHOSTS

Superada la sorpresa inicial, el segundo trabajo de John Grant sigue manteniendo el tono misterioso y romanticón de su predecesor. En Pale Green Ghosts el que fuera líder de los extintos Czars saca músculo electrónico para evitar caer en la rutina de su primer elepé. Sin embargo, bajo esa capa de sintetizadores y ritmos maquinales reluce el alma tristona y depresiva de un autor que en los últimos años se ha enfrentado a la desintoxicación y, más tarde, a un diagnóstico de VIH. Si algo nos enseñó el aplaudido Queen Of Denmark (recordemos que la revista Mojo lo consideró el mejor disco del año 2010) es que Grant sabe sacar punta de las situaciones más extremas y personales. Ahora hasta se atreve con las pistas de baile en canciones como Blackbelt.

 

Más de uno se preguntará cómo hará el norteamericano para enfrentarse a estas composiciones en directo. Si en el pasado le pudimos ver desnudo, a solas con un piano, su nueva colección de temas parece ir en la dirección opuesta. Buena parte de la culpa la tiene el islandés Biggi Veira, miembro de Gus Gus y nuevo compañero de viaje de Grant, que sustituye a Midlake, banda de acompañamiento en Queen Of Denmark. Un cambio que se traduce en un mayor protagonismo de las bases y las baterías, pero que mantiene la senda de la producción de herencia ochentera. Tan gruesa y hortera que uno no puede evitar sonrojarse.

 

Sin embargo, aquello que a otros se les hubiese atragantado, a John Grant le ha terminado otorgando el beneplácito de la crítica. Principalmente porque, en este caso, la etiqueta de inclasificable parece ir de perlas para este autor que acostumbra a retratarse como un fantasma en las portadas de sus discos. Su producción dentro de Czars ya resultaba difícil de encajar, algo que parece haberse acrecentado en su nueva faceta en solitario. Pale Green Ghosts pasa de la disco music (Ernest Borgnine) a la confesión autobiográfica (GMF) casi sin pestañear. Aunque estas incursiones le provoquen de vez en cuando un resbalón mayúsculo como Sensistive New Age Buy.

 

De donde sí sale airoso el de Colorado es de canciones como Why Don’t You Love Me Anymore, en la que comparte micrófono con Sinnead O’Connor, mito de finales de los ochenta. Lo mismo ocurre con I Hate This Town y It Doesn’t Matter To Him, dos baladas que bien podrían haber formado parte del debut del artista. Un punto dulzón que vuelve a hurgar en la bipolaridad musical de Grant, en esa esquizofrenia a caballo entre el amor por la melodía y la búsqueda de nuevos caminos creativos, que parece quedar patente en los once cortes de este nuevo trabajo.

 

Puede que Pale Green Ghosts peque de irregular, incluso de caer en la monotonía en ciertos tramos, sin embargo, sigue cumpliendo fiel con su objetivo: asomarnos al universo personal de John Grant. Con sólo dos discos el autor norteamericano ya ha conseguido algo para lo que otros necesitan décadas. Y lo ha hecho sin necesidad de mantenerse fiel a un estilo o una corriente. Simplemente haciendo la música que le pedía el cuerpo en cada momento. A ratos oscura y autodestructiva, a ratos con ese brillo lejano que nos hace esbozar una sonrisa. Y es que en el infierno personal de un tipo como John Grant también cabe la luz. Basta escuchar Glacier, canción que cierra el elepé, para comprobarlo.

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10

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