De hecho, su última entrega discográfica, Shifty Adventures In Nookie Wood, podría situarse en las antípodas de Paris 1919. No sólo por atender a las exigencias del momento y meterse de lleno en la actualidad política en canciones como Scotland Yard, en la que recuerda los disturbios ocurridos en Londres hace ahora un año. Sino por una producción en el filo, siempre un punto desafiante e incómoda. Sin duda, el personaje de la portada de Paris 1919 nunca hubiera permitido que estas nuevas canciones sonaran en su club de poesía.
Comenzando por I Wanna Tal 2 U, tema elegido para abrir el disco y que se encuentra entre lo mejor que haya editado Cale en décadas. El encargado de convertir el credo oscuro y misterioso del galés en algo fresco, molón y con gancho no es otro que Danger Mouse. En los últimos años el productor neoyorquino ha puesto su sello inconfundible en plásticos de Black Keys, Gorillaz y Gnarls Barkley. Ahora, a la espera de su trabajo con pesos pesados como U2 o Daft Punk, que han anunciado disco producido por Mouse para 2013, el músico prueba suerte con el primer corte de Shifty Adventures… Ritmos de base hip-hop y negroides marca de la casa, que mezclados con la voz cavernosa de Cale dan como resultado un corte adictivo y con pegada.
La misma que le faltaba al músico en Hoosapiens (2003) y que parecía haber vuelto a encontrar en la segunda mitad de Black Acetate (2005), su último trabajo largo hasta hace sólo unos días. También en Extra Playful, EP editado el pasado otoño, y que además de romper un silencio de seis años, servía de puerta de entrada a lo que previsiblemente nos íbamos a encontrar en el siguiente álbum de Cale. Y no, no iba muy desencaminado. Doce meses después el músico galés entrega un LP lleno de bases electrónicas, auto-tune y purpurina. La clase de experimento vanguardista que tanto gusta al autor, pero que suministrado en grandes dosis puede llegar a atragantarse.
Superado el primer corte, la producción de Cale se convierte en algo tosco, caduco, demasiado plano para un artista acostumbrado a perderse en laberintos sonoros y cuevas llenas de entradas y salidas. Atmósferas industriales que funcionan en cortes como Nookie Wood o Living With You, pero que en December Rains o Mothra se convierten en algo sonrojante, llevando demasiado lejos la apuesta por las máquinas y los bombos. El viejo Cale, experto en sumergirnos en puzzles imposibles de resolver, errático y lúcido al mismo tiempo, termina desinflándose, sin apenas hacer ruido. Sin duda, Shifty Adventures In Nookie Wood resulta una obra menor en la trayectoria de un artista que no deja nunca indiferente, pero que en esta ocasión parece haberse dejado en casa la pluma de los desafíos.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6/10
