A pesar del frío invernal que sufrimos, las canciones de Jenny & Johnny nos trasladan instantáneamente a las playas de California a golpe de acorde. Once temas de pop-surf efervescente, alegre, amable, cálido pero también fresco como un buen ‘Drácula’ en pleno mes de agosto frente al mar. ¿Idílico? A día de hoy, y lo digo con la nariz colorada por el frío, sí. Y apetitoso también, como lo es este disco.
Nos encontramos en un momento en el que los duetos chico-chica parece que cotizan al alza. Lo hizo en su momento Scarlet Johanson con Pete Yorn, para sacarse, suponemos, la espinita de su modesto trabajo en solitario. Otra actriz-cantante, o viceversa, Zooey Deschanel, se presenta acompañada también por M. Ward en el tándem She & Him y ahí tenemos a los Beach House, de los que ya hemos hablado, con supremo y merecido éxito. No podemos pasar por alto el recordar duetos míticos, parejas musicales que funcionan con la precisión propia de un reloj suizo. Los incombustibles The Raveonettes (con los que quizá tienen alguna retirada), mirad si no les ha ido bien a The Kills, por ejemplo, o a The White Stripes. Y Jenny & Johnny se apuntan también a esta moda y el resultado no les ha salido del todo mal.
Este dúo formado por Jenny Lewis y su pareja, también fuera de los escenarios, Johnathan Rice, derrochan química y comparten profesión. Ingredientes perfectos para embarcarse en este experimento musical que recuerda, salvando mucho las distancias, a Best Coast. Pero antes de llegar a ello, y por separado, la parte XY del grupo, Jenny Lewis (por aquello de las señoras primero), quien en su infancia fue actriz de televisión y, a modo de anécdota o curiosidad, hizo sus pinitos en series tan legendarias de mediados de los ochenta como Las chicas de oro, ya era bastante conocida por su paso, a finales de los noventa, por Rilo Kiley. Escuchadlos si no lo habéis hecho, no están nada mal. Más tarde, en 2006, Miss Lewis decidió probar suerte en solitario (puntualicemos, la acompañaban a los coros dos hermanas, gemelas para más señas y llamadas The Watson Tweens) en Rabit Fur Coat, inclinándose aquí claramente por melodías mucho más folk, algo soul y algo country también. La cosa no fue mal puesto que dos años más tarde, Jenny volvía a publicar un disco, esta vez sola, absolutamente sola. Se tituló Acid Tongue. Además de todo ello, Jenny Lewis ha grabado coros para bandas como The Postal Service y ha trabajado, ojo al dato, con artistas de la talla de Elvis Costello.
Por otro lado, la parte XX del dueto, Johnathan Rice, cantante, compositor, productor, mitad americano, mitad escocés, cuenta con dos álbumes a sus espaldas: Further North y Trouble Is Real, su primer trabajo. J.Rice también ha colaborado con Elvis Costello y ha producido el Acid Tongue de Jenny, del que hablábamos antes, con lo que la trayectoria de ambos parecía destinada a encontrarse en un punto común como por cosas del destino, en un momento u otro de sus carreras.
Y así, con esta larga trayectoria, llegamos al I’m Having Fun Now, su trabajo en común. Un disco, un mano a mano, que no un pulso, en el que ambos demuestran lo compenetrados que están. Un álbum que anuncia a gritos, desde la primera canción hasta la última, lo bien que se lo han pasado gestándolo. Y como resultado del causa efecto, eso es, precisamente, los que nos evoca su trabajo al escucharlo finalmente: diversión, buen rollo mayúsculo.
El primer tema del disco, Scissor Runner, nos permite sumergirnos, de un salto, en aguas cálidas y saladas de las playas de California. Una canción delicada, alegre y con gran presencia de las guitarras. Guitarras divertidas que nos acompañaran hasta el final de un trabajo lleno de canciones optimistas. A destacar Big Wave, uno de los temas superlativos del disco, de melodía pegajosa y estribillo que huele a verano e incluso a crema solar. También existen momentos para el relax. Como en Switchblade. E instantes curiosos, como el de While Men Are Dreaming, que suenan a vals, susurrado cual nana antes de dormir por Jenny Lewis y que nos podría trasladar sin problema alguno a un antiguo parque de atracciones, en el que gira, despacio, un tiovivo. Un punto y aparte a mitad de un disco que encarrila su final con Animal, otro tema destacable. Un medio tiempo que también engancha lo suyo. Y de la calma volvemos a los ritmos surf-pop, de nuevo, con Just like Zeus, New Yorker Cartoon y Straight Edge of the Blade. El colofón, la guinda del pastel o el final de fiesta, igual este último término es el que mejor le va, viene de la mano de Commited, canción que cierra I’m Having Fun Now y tema perfecto para decir adiós a esta pareja, pues resume el espíritu divertido presente en todo el disco y el estado de ánimo que se nos queda al escucharlo.
En definitiva, nos encontramos ante un trabajo, el primero en común de la pareja, repleto de canciones, TODAS, ligeras, luminosas, soleadas incluso, claras y de fácil escucha, que ponen de muy buen humor. El remedio prefecto para pasar los fríos días de invierno mientras llega el calor estival. Cerrad los ojos y respirad profundamente…¿no oléis ya a aceite de coco…no escucháis la olas del mar?
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10