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JAMES – LA PETITE MORT

Con cierta dualidad en su título (¿Acaso hace referencia la expresión francesa “petite mort” a la muerte de la madre de su cantante, Tim Booth en 2012, o al momento posterior al orgasmo donde se sufre una “pequeña muerte”?), los británicos vuelven a la carga, y tras un largo recorrido en la historia musical de su país y habiendo dejado huella en medio mundo desde los ochenta, proclaman el regreso de su genuino brit-pop renovado, algo que ya se pudo contemplar en su doble álbum de 2010, The Night Before/The Morning After.

Abriendo con un tema que transporta a referencias directas de los setenta como podrían serlo Fleetwood Mac, Walk Like You es una alegoría cósmica de siete minutos (funcionaría mejor si en su trayecto a la mitad de su duración no se repitiese tanto el estribillo, siendo éste su único resquicio destacable), uno de los mejores temas del álbum sin dudarlo, a la altura del conjunto inglés, con la capacidad de convertirse en otro himno en su colección.

Con más ecos electrónicos llega Curse Curse, el triste alegato a la soledad de quien oye cómo fornican sus vecinos en la habitación contigua de un hotel y pide al mismo tiempo más chupitos de tequila en el bar.

Uno de los temas más bailables del álbum, que incita a no dejar de bailar mientras se habla de maldiciones, más concretamente, la maldición de sentirse solo y con cierta cantidad de frustración sexual contenida entre sus estrofas.

A su irresistible ritmo le prosigue un tema algo más solemne y menos festivo, a la vez que más positivo, pues más que centrarse en la vulnerabilidad de a quien le han destrozado el corazón, se habla de lo importante e irrevocable que es mirar hacia delante en todo momento, pasar página, aunque las heridas aún estén abiertas. De eso trata Moving on.

Prosiguen los temas que hablan de rupturas sentimentales en clave positiva, y es que no hay nada mejor que seguir adelante tras un desengaño que hacerlo acompañados de guitarras, baterías y sintetizadores de lo más rítmicos, así como estribillos pegadizos como el de “Gone Baby Gone”, o la lucha entre raciocinio y deseo en una relación, lucha que también puede ser considerada como acuerdo entre ambas partes; lo que sí está claro es que el fin de una relación de cinco años difícil es de digerir.

A mitad del disco ya nos hemos dado cuenta de que el amor, como en el mundo, es el motor que hace girar este disco, y seguramente sea una de las razones por las que éste funciona (no aisladamente, pues no lo sería sin las ingeniosas letras y composiciones del grupo y sin la voz carismática de Booth, pero es una de las razones a tener en cuenta). También queda sitio para el sexo sin más (“Emily come to bed/make a boy out of me/la petite mort pour toujours”), como reza Frozen Britain, o lo precisamente poco congelados que están estos británicos cantando (o suplicando, más bien) a que les calienten el catre.

Poniéndose algo más serios con Interrogation, cuadra bien para variar un poco los ritmos acelerados y optimistas de los anteriores temas. Una reflexión sobre las mentiras, quién es el culpable de turno y quién tiene en su poder la capacidad de juzgar a otros.

Desde luego no puede decirse que los temas de este disco sean nuevos, pero es realmente contemporáneo, ya que amor, mentiras, sexo y muerte suelen ir juntas en muchas ocasiones.

Es palpable el cambio de una mitad del disco a la otra, la segunda está plagada de baladas y temas más serios, como se manifiestan en Bitter Virtue (“preferiría vivir en pecado antes que tener una virtud amarga como la tuya”) o All In My Mind (muerte y mentiras salen al terreno de juego).

Para acabar, qué mejor que una pieza con piano que acompaña a una letra preciosista con los sueños y la muerte como principales estandartes (“I dream of you/You are free of all the pain”) en All I’m Saying.

James dan por concluido así un buen disco lleno de esperanza ante lo peor, porque hay muchos tipos de muertes en la vida, no solo la definitiva, sino las muertes sentimentales, las muertes de conciencia, las muertes de fe y las de confianza en uno mismo y en el mundo, y cuando éstas ocurren, solo queda hacer un último esfuerzo para levantar la voz en contra de todo eso y cambiar de actitud.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS 7/10

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