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JACK WHITE – BOARDING HOUSE REACH

Redefinir un género tan específico en esencia como es el rock, es lo que cientos de bandas y grupos llevan intentando sin descanso desde hace décadas. Reinventando sonidos, añadiendo nuevas paletas de colores, incorporando elementos a priori alejados del clásico combo guitarra-bajo-batería, fusionando estilos, vislumbrando nuevos horizontes.

Jack White es, probablemente, el genio más importante que ha dado la música en los últimos años. Esta afirmación no conlleva necesariamente que sus trabajos sean catalogados al unísono como obras maestras, pero sí que entendemos su personalidad como algo genuino, capaz de añadir nuevas variantes a todo lo que rodea su figura y comprendiendo que su capacidad musical, más allá de su resultado final, es algo al alcance de muy pocos en la actualidad.

Esperanzador arranque

El tercer álbum en solitario del artista de Detroit, arranca de la manera más reconocible que podría esperarse. Connected By Love es lo más cercano al hit que podemos encontrar en Boarding House Reach, con sugerentes voces góspel y un Jack White que se presenta sin florituras, directo y conciso, navegando entre sintetizadores y guitarras, para regalarnos una canción que brilla por sí sola.

Pero es a partir de este momento cuando el desconcierto empieza a invadirnos a medida que escuchamos el resto de canciones que conforman este disco. En todo momento percibimos la señal inequívoca de que el ex componente de The White Stripes se siente cómodo entre instrumentos de toda índole y experimentos sonoros de lo más variados. Al terminar de escuchar Boarding House Reach al completo, no sabemos si estamos ante una genialidad o ante un claro delirio de grandeza.

Why Walk A Dog? parece quedarse a medio camino, le falta algo de fuelle para llegar a explotar, aun moviéndose en coordenadas similares al tema de inicio. Corporation se pierde entre el peculiar fraseo de White cercano al hip-hop, una cautivadora base de percusión con cierto toque latin-jazz y riffs marca de la casa. Abulia And Akrasia y Ezmeralda Steals The Show son dos interludios recitados, que no funcionan como nexos, tal y como cabría esperar y se perciben únicamente como piezas más o menos “arty”.

Entre cortes experimentales y difícilmente comprensibles en el contexto de un disco de larga duración, como pueden ser Hypermisophoniac y Everything You’ve Ever Learned, encontramos temas mucho más cautivadores, en la línea de lo que podríamos esperar de este Boarding House Reach, donde los géneros se entrelazan con criterio. Country, jazz, rock, folk, funk… todo tiene cabida en canciones como Over And Over And Over, What’s Done Is Done o Humoresque. La reinvención del rock no entiende de ejercicios de estilo y todo elemento encuentra su lugar cuando el creador aporta las pinceladas necesarias en lugar que corresponden y tiene la capacidad de ensamblar cada pieza con maestría.

Desconcierto e irregularidad

El disco en su conjunto suena a batiburrillo, a collage sonoro sin un hilo conductor que agrupe todas las piezas, a experimentos y ensayos sin terminar de definir. La mezcla entre temas bien estructurados, comprensibles y de gran calidad con otros sin coherencia, extraños y difusos, hace que el conjunto no tenga unidad y que despiste al oyente, haciéndose que se pierda en raros viajes donde el camino es sinuoso y no parece llegar a un destino concreto.

Es innegable que estamos ante uno de los mayores talentos de la actualidad y que ha dado rienda suelta a toda su creatividad. Pero no podemos dejar de afirmar que se echa de menos un mayor protagonismo de las canciones en detrimento de algunos desarrollos instrumentales desmesurados o de los excesivos devaneos que el músico afincado en Nashville tiene con cada uno de los juguetes que encuentra en su estudio. En definitiva, estamos ante un disco con una mitad muy reseñable a nivel de composiciones y otra mucho más desconcertante y disuasoria.

Seguramente Jack White, amedrentado ante un posible estancamiento, ha sacado a pasear toda su megalomanía, sin pensar en un resultado final, únicamente demostrándose a sí mismo y al mundo en general, todo lo que es capaz de crear. Pero la irregularidad ha hecho que Boarding House Reach no alcance las cotas que debería y la sensación de que hay una gran cantidad de cortes de relleno impera en el resultado final.

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