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IMAGINE DRAGONS – SMOKE + MIRRORS

Han pasado ya tres años desde que Imagine Dragons dieran la vuelta al mundo con Night Visions, una de las revelaciones de ese año. El disco cuenta con una infinidad de singles que han llegado a ser éxito en el país que hayan desembarcado, dejándose otros atrás de no menos calidad. Pero un grupo no puede quedarse ahí, y tiene que seguir para arriba o bajar; pero casi nunca sigue una misma línea, y por lo que parece, este segundo disco triunfará solo por la inercia del nombre y posiblemente del directo, uno de los puntos más importantes de los de Las Vegas.

Esa maravilla que les impulsó a lo más alto del panorama internacional ocurrió cuatro años después de que se formara la banda, que tenía en un principio Ragged Insomnia por nombre. Tras ganar una infinidad de concursos, les llegó el turno para poder hacer sus primeros EPs, donde ya se podían empezar a escuchar sus primeros temazos que más tarde se escucharían en todas las radios musicales (y no musicales) del mundo. Pero fue gracias a la ayuda de Interscope Records como consiguieron abrirse un hueco en el mundo de la música. Primero, con It’s Time, canción que llegó a estar entre los cinco primeros puestos de las listas Billboard Alternative y Billboard Rock.

Un poco más tarde, llegaría Radioactive, canción que a la larga se convertiría en el single de rock más vendido del mercado digital; casi nada. Todos estos preámbulos hicieron que el mercado musical esperara con ansias algo más sólido que un EP; una puesta en largo que dejara a todos boquiabiertos. “En un principio, teníamos miedo de lo que podría pasar al sacar el álbum. En un mundo donde de la noche a la mañana los grupos desaparecen, un disco que no saciara las expectativas sería un bajón”. Son las palabras de Dan Reynolds, vocalista y líder de la banda, en una entrevista en el momento de saber que eran disco de platino. El éxito fue rotundo, con casi 100.000 copias vendidas en su primera semana de publicación. También llegarían los premios, y es que la banda se ha tenido que vestir de etiqueta hasta el año pasado para recolectar la buena cosecha del 2012. Tanto como un Grammy, como premios de la MTV o de Billboard, pasando por premios en España o Inglaterra.

El paso por nuestro país es el ejemplo perfecto para ver lo rápido que subieron, más que la espuma. En su primera actuación que iban a hacer en Madrid, las entradas estaban a 20 euros para ir a verles a La Riviera, y llenaron la sala. Al poco tiempo, apareció una nueva fecha, con una subida de 10 euros en la entrada y cambio de lugar a Vistalegre, el cual también llenaron. Y es que, aparte de tener grandes canciones, su directo puede que sea su punto fuerte.

Han pasado ya tres años desde que el primer disco de Night Visions se colocara en una tienda de discos, y ahora hace un mes quesalió a la venta el segundo largo de los americanos. Después de haber triunfado mundialmente, la banda de Las Vegas ha intentado hacer algo diferente a lo que hicieron. El primer single del álbum fue I Bet my Life, que salió en noviembre del año pasado. “Es difícil saber qué canción va a ser la primera en salir”, decía Dan Reynolds en una entrevista para Universal Music Group. Y la verdad es que acertaron, porque puede que sea la mejor canción de este segundo disco, la que más se acerca a la dinámica de su debut.

Las segundas partes nunca fueron buenas, y es que, dejando de lado ese primer single, el resto de canciones bajan el nivel. Su segundo single, del que también hay video, Shots, deja un poco de lado ese rock potente para acercarse a un estilo más electrónico, más artificial; con un ritmo y letra más propio de Coldplay o One Republic, convirtiéndose en una canción más apropiada para conciertos por su “Shots, shots, shots…” y su repetitivo estribillo. La calma llega con Polaroid, y bastante calma; con unos coros que normalmente convierten las canciones en algo mucho mejor de lo que se escucha aquí.

No solo con Coldplay se le puede comparar en este disco a Imagine Dragons, y es que Mumford & Sons aparecen en la cabeza de uno al escuchar Trouble, la canción optimista del disco, hablando de alguien con 19 años con la vida por delante y “sin querer tener problemas”. I’m So Sorry recuerdan a los Arctic Monkeys por su fuerza, es decir, los de hace ya unos cuantos años. Para terminar el disco, la metáfora está asegurada: The Fall. La canción es buena, pero no es la que uno espera de un grupo como Imagine Dragons; es lenta, muy al estilo de un Bon Iver.

En este segundo disco se han tomado la libertad de experimentar, algo que afirman todos los componentes de la banda. El primer disco fue grabado en un hotel, y este segundo en una casa compraron para más tarde convertirla en un estudio de grabación. En esa misma entrevista en Universal Music Group, los integrantes de la banda también revelaron por qué cogieron por el tema Smoke + Mirrors para nombrar al disco. Sermon (guitarrista) se levantó un día cualquiera a las 03:00 y sintió que esa canción debía ser el título, y todos estuvieron de acuerdo. El guitarrista confesó que por alguna (extraña) razón esa melodía encapsula todo lo que han atravesado a lo largo de su carrera.

La crítica ha sido unánime: el disco no llega ni a la suela de los zapatos al anterior. Ahora sí, con la llegada del verano, es temporada de festivales, y el directo de los chicos de Las Vegas suele ser el que enamora. ¿Conseguirán hacer lo mismo con Smoke + Mirrors? Por ahora, solo podremos disfrutar de ello a finales de octubre en el BIME Live (Bilbao) y en Madrid. Aún quedan muchos huecos en los carteles de festivales como BBK, FIB o Arenal Sound, quizás. Aun queda tiempo para volver a equilibrar la balanza.

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