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I BREAK HORSES – CHIAROSCURO

I Break Horses presenta un álbum de dream pop oscuro e incisivo, un trabajo consistente pero que también puede flojear a medida que avanza. Quizás esto es lo que más diferencia Chiaroscuro de su álbum debut: donde en Hearts había agradables melodías luminosas y armonías florecientes que parecían sumirte en una nube de comodidad, aquí va a haber ritmos y sonidos más agresivos y consistentes, con cascadas de sintetizadores que te golpean directamente. Aquí hay menos idealización y más espacios opresivos, un movimiento que raramente para en todo el álbum, sólo en algunas ocasiones para tomar un respiro.

Es un trabajo que presenta un sonido más oscuro y hondo que su predecesor, a la vez que más contundente, por lo que podemos notar una evolución desde su álbum debut, evolución que, no podemos afirmar lo contrario, no deja de ser buena. No obstante, el dúo formado por Maria Lindén y Fredrik Balck ha tenido que sacrificar parte de esa frescura que irradiaba aquel primer álbum, que el mismo dúo colocaba más cerca de la influencia de grupos como My Bloody Valentine, en pos de esa evolución, sobre todo, musical.

Por otro lado, Chiaroscuro es una oportunidad de aportar una mayor diversidad de sonidos en la misma canción, haciendo contrastar las melodías más suaves características de su primer álbum con otros sonidos más cortantes. El grupo va a, como el mismo nombre del disco indica, jugar con las luces y las sombras, a los contrastes en un mismo tema. Esto ocurre por ejemplo en Denial, en el que la suave y bien templada voz de Maria Lindén sale a relucir, haciendo soñar como hacía en Hearts, mientras es asaltada continuamente por riffs de teclados y sintetizadores (dando como resultado una canción bastante cohesionada pese a la cantidad de sonidos), o en Weigh True Words, en la que el contrapunto a la cantante lo pone un hipnótico ritmo de batería. En estos contrastes es evidente la influencia del shoegaze clásico, si bien no profundamente en sonido sí en espíritu. Lo que van a tratar de conseguir (sobre todo en las canciones más rápidas) es el caos controlado, a partir de todo tipo de loops y riffs que van entrando y saliendo. No hay una sensación de desorden sino que todo parece cohesionado. Esta va a ser una constante a lo largo del álbum, como en la canción que abre el álbum, You Burn.

You Burn, como canción de apertura, conforma el puente perfecto entre el primer álbum y éste. Se trata de un ecléctico tema en ascenso cuyo inquietante ritmo nos hace sentir que va a explotar en cualquier momento, nos hace esperar una cima que sin embargo no va a llegar hasta el punto más alto. Lejos de ser un punto negativo, esta circunstancia está usada con inteligencia, ya que va a reservar ese clímax para Faith, presentándolo de manera permanente (aunque con unas pausas y cambios de ritmo bien estudiados), y otorgándole así a este segundo tema un mayor efectismo.

El sonido en este álbum se ha vuelto más electrónico, y más efusivo en la mayoría de los casos (Faith, puramente electrónica), habiendo desaparecido casi por completo las guitarras y habiendo una absoluta soberanía de las baterías digitales y las cajas de ritmos.

También se va a jugar en muchos casos con la voz de Maria Lindén, doblándola o transformándola (Weigh True Words, Faith, Denial). Los mayores cambios han sobrevenido a la parte musical, se evidencia el hecho de que han querido experimentar más con el sonido en vez de crear un clima neutro en el que a veces caía Hearts.

Algunas canciones como Berceuse van a estar en esencia más cercanas de ese ambiente neutro del primer álbum del que hablamos, conservando unos ritmos tranquilos y unas melodías vocales evocadoras. Otras como Ascension pueden pecar de demasiado pesadas y excesivas, al igual que Medicine Brush, una de las canciones más largas, que acaba por sacarte del disco. Se trata de una canción en la que se evidencia una mayor tendencia a una ambientación más trágica o conceptual y a una progresión. Aunque Heart to Know esté en la misma línea funciona mejor por ser la canción que cierra el disco, por no dar muchas vueltas y dejar una sensación agradable. Por otro lado, la presencia de Disclosure no es especialmente reseñable, quizás por la posición en la que se encuentra o por repetir demasiado la táctica de todo el disco.

Chiaroscuro es, como ya hemos dicho y aunque tire más hacia un lado, un disco de contrastes. Es un disco de evolución. Conserva el poder de evocación del primer álbum, siempre guiado por la voz de Maria Lindén, pero lo reviste de una manera distinta, con sonoridades nuevas, en otro tono. Si bien el cambio no es abismal, Chiaroscuro permite disfrutar de una cara diferente de la que se mostró en Hearts, aunque ese toque más electrónico y menos dream pop puede no terminar de agradar a quien disfrutó con el primer álbum, e incluso hacérsele pesado. En definitiva es una más que aceptable continuación del primer trabajo de los suecos, sobre todo si queremos pensar que se trata más de un deseo de explorar otros sonidos a una pérdida de chispa inicial. Es un disco agradable de escuchar, bien medido, dentro de lo que cabe uniforme y con momentos de brillantez (sobre todo en la primera mitad: You Burn, Faith, Denial, Berceuse…), que aunque al principio necesite de varias escuchas para que entre se puede volver peligrosamente adictivo.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7,5/10

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