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HOT SNAKES – JERICHO SIRENS

Hot Snakes son la quintaesencia del posthardcore hoy día y reclaman su trono de barro porque el posthc fue uno de esos géneros que puso en primer plano las guitarras, la intensidad y una voz que en muchos casos tenía mucho que decir y abrazaba el hardcore obrero y crítico con el entorno social. Tras incontables fugas de bandas y sellos, ellos han seguido al pie del cañón a su manera como una propuesta atractiva y rabiosa marcada en gran parte por su inconfundible voz. Hay que tener en cuenta que estamos ante gente de Pitchfork, Obits, Drive Like Jehu, Rocket from the Crypt y Off! así que, su abanico de referencias y versatilidad, abarca lo suficiente como para tildarles de aglutinadores y catalizadores de la escena.

Formados en 1999 con Rick Froberg y John Reis en sus filas, registran su debut fruto de las colaboraciones entre ambos durante diferentes temporadas en el año 2000 y titulando a aquella colección de temazos Automatic Midnight. Publica por cierto Swami, el sello del propio Reis. Hoy día Hot Snakes siguen llenando de nervio sus actuaciones y nos presentan un nuevo álbum que les sigue hermanando con proyectos de la época que también han vuelto a las tablas de forma intermitente como Quicksand o los mismísimos Drive Like Jehu. Comenzamos:

I Need a Doctor pone la llaga sobre el sistema sanitario norteamericano. Han pasado casi 14 años desde su anterior entrega en 2005 pero las guitarras siguen combativas. Angustia y urgencia. Candid Cameras y Why Don’t It Sink In? se muestran destartaladas y disonantes con una sección rítmica frenética en manos de Mario Rubalcaba (Off!, Eartless). Asfixiante sin perder ese agudo en las guitarras metálico y tan suyo. Six wave hold-down saluda al emo de Sunny Day Real Estate y, aunque la voz no pierda ni cambie su registro, sí que parecen buscar otro tipo de emociones que me recuerdan a los fraseos de los Refused menos hardcore y más indies (si es que lo fueron en los tiempos de The shape of Punk to Come).

Jericho Sirens es su tema más rock en el sentido clásico con un riff principal basado en unas pocas notas y un patrón de batería empleado desde hace décadas. Si alguien se acuerda de Jane´s Addiction sabrá que parte de ese registro que muchos cantantes con filias por las notas altas desarrollaron en la época tenían algo del Perry Farrel más rabioso y menos edulcorado. Death Camp Fantasy mantiene el sonido característico de la banda que sucesores apócrifos como Metz han sabido evolucionar y arrimar a su ascua subiendo un par de dBs las distorsiones y el apretando fuzz en el bajo.

En Having Another? el punk se levanta del sofá y las camisetas sudadas toman la palabra a golpe de voz y hardcore. Puede haber menos pelo sobre esas cabezas pensantes pero la mala baba está ahí, esa no se va tan fácilmente. Cómodos en ese registro despliegan todo un arsenal de razones para vibrar. Death Doula tiene ese punto alocado en la onda Rocket From The Crypt o Cop Shoot Cop en el que cada golpe es un puñetazo en la cara. Ya en la recta final queda Psychoactive, con un final grande, coreable, de puño en alto y dedo apuntando, y Death of a Sportsman, genial título en tiempos de running y medias maratones amateurs que suponen un final a la altura del resto del disco.

Las cartas están sobre la mesa y la jugada está clara. Hot Snakes sólo saben sonar a Hot Snakes y la realidad es que no se les da nada mal. El espíritu sigue siendo el mismo que al principio, una reunión entre amigos por y para ellos mismos. Y es que aunque estos músicos han militado en majors o han coqueteado con cierta repercusión en diferentes momentos de sus carreras para ellos pesan más que cualquier otra cosa los kilómetros en furgonetas roñosas con el equipo amontonado como si fuera un tetris, los viajes en autobuses baratos y hoteles y pensiones modestas. Pesan y mucho los finales de conciertos con dolores de espalda y peticiones de púas y repertorios. Pesan porque hablamos de individuos acostumbrados a probar, dejar que las válvulas se calienten y lanzarse a una comunión con el público en una catarsis colectiva. Pesan porque hablamos de tipos capaces de gestionar abrazos y sus propios sellos y la distribución de discos en este mundo dominado por gigantes que todo fagocitan.

Diez temas firman este regreso por todo lo alto de una de esas pequeñas bandas que te hacen bajar la cabeza en directo en una pequeña sala. Diez temas que edita Sub Pop, casa también de Metz. Diez temas porque dentro de su mundo no son necesarios los discos deliberadamente largos. Diez temas en los que no sobra ni un segundo. Diez temas creados por estos veteranos curtidos en mil y un batallas.

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