HATER – SIESTA

Pese a su denominación, los suecos Hater tienen poco de odiables. La banda debutaba el pasado 2017 con You Tried, un trabajo corto, conciso y que apuntaba la dirección del grupo hacia el pop alternativo más melódico. Tras el bajo revuelo levantado por un repertorio de piezas alegres, bien hiladas y de baja fidelidad, que conectaban tanto con el bedroom pop como con el pop ensoñador de formaciones como Alvvays -este nombre viene rápidamente a la cabeza debido al tono vocal que ejerce la cantante-, el cuarteto nórdico regresa este año con una clara alusión a España, Siesta.

Bajo el amparo del sello independiente británico Fire Records, Hater revuelven en su sonido perdiendo la esencia lo-fi y buscando nuevas texturas. Una búsqueda que parece alargarse demasiado tan solo a simple vista. Casi una hora dura el segundo lanzamiento de un grupo todavía en proceso y que quizá se ha precipitado a la hora de incluir tantos títulos en una reválida que pierde la frescura de su primer largo.

Una de las novedades más fáciles de apreciar es la inclusión de sintetizadores. Sin embargo, estos detalles que en un principio deberían servir para aportar variedad al contenido, acaban en la mayoría de los casos por ser meras distracciones que estorban y nublan el oído. No en vano, en muchos temas parecen metidos con calzador, aunque en unos pocos, como It’s So Easy, sí ayudan a mejorar el resultado.

Precisamente, es esta mencionada pieza una de las destacadas del trabajo. Es además una de las pocas que imprime algo de ritmo a un conjunto de canciones que abusa de la monotonía y vulnerabilidad, y al que falta algún sobresalto, cambio de ritmo o cierto riesgo a la hora de innovar con sus nuevas posibilidades compositivas.

Resulta de este modo un álbum plano y que lo salvan los arreglos en las guitarras y la voz de Caroline Landahl en canciones como Fall Off, Closer o The Mornings. Asimismo, sobresale también como notoria novedad I Wish I Gave You More Time Because I Love You, en la que ganan en elegancia gracias a los sofisticados vientos que acompañan el tema.

Según se define en su perfil de bandcamp, se trata de la “banda sonora perfecta para el amor de verano y la inevitable ruptura”. Estas relaciones personales son las que completan las letras de Hater, aunque lo cierto es que en general el disco tiene poco de veraniego y de jovial.

En conclusión, Siesta se ve perjudicado por lo que debería haber generado justo lo contrario. La evolución tomada por la banda de Malmö, si bien profesionaliza y profundiza en su sonido, deja entrever dificultades lógicas a la hora de añadir estas novedades. Casi quince canciones en las que la vulnerabilidad y sensibilidad a veces se confunde con la pasividad, dejando una sensación de que la innovación no solo hay que usarla, sino también arriesgar con ella.

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