Un año más tarde la afamada banda de formato cartoon presenta su sexto trabajo con un total de once temas y casi tres cuartos de hora de contenido. Durante este periodo, Murdoc ha entrado en la cárcel y su labor como bajista ha sido remplazada por Ace, personaje perteneciente a la serie de Cartoon Network “The Powerpuff Girls”. Esto justifica el desarrollo de un álbum que suena a historia, al proceso compositivo que lo rodea y que explica el por qué de sus temáticas y enfoques musicales. El personaje de Damon Albarn en la banda se ha quedado sólo a la voz y gran peso recae sobre él a lo largo del LP.
Gorillaz pecó el año pasado por una vuelta muy dinámica y cargada de colaboraciones que lastraron una visión de conjunto dando como resultado el inconexo, aun honrado, Humanz. Sin la tracklist delante el cambio se aprecia claramente en apenas tres pistas. A diferencia de su predecesor, The Now Now cuenta con la participación de tres colaboradores que sólo han aportado su arte en los dos primeros temas del álbum. George Benson ofrece su guitarra jazz a Humility, el sencillo veraniego con aires funky. Este tema presenta, además, la melancolía que acompañará la reproducción del resto del largo. Por si esto fuera poco, su lanzamiento en vídeo narra parte del lore explicado al principio de la reseña con la ayuda del actor norteamericano Jack Black. Hollywood le sigue con Snoop Dogg al micrófono y Jamie Principle en la producción.
Ya comparado con su predecesor cabe preguntarse el por qué de un disco más íntimo, con toques políticos, pero sin altibajos musicales. La respuesta parte de la mente de Albarn, autor de un porcentaje alto del disco que ha sido justificado como el álbum en solitario de su personaje en el grupo. Similar a lo ocurrido en 2010, The Now Now fue compuesto durante la gira de presentación del trabajo anterior y contiene temas con nombre de lugares (Kansas, Idaho, Lake Zurich…), historia comparable a The Fall, el cuarto álbum de la banda. La diferencia radica en que éste último se centraba en aspectos regionales mientras que el primero se ha titulado así cual cuaderno de bitácora.
Estos nombres no son más que las localizaciones en las que se encontraba Albarn, encerrado en la habitación repleto de fama tras el retorno de Gorillaz. Habla ahora al mundo desde tal aislamiento, con canciones aparentemente simples cargadas de referencias y repletas de diversidad musical. La presión de las cuatro paredes ha hecho de este LP algo denso e íntimo, fácil de escuchar sin duda mas difícil de acabar según la situación. Tiene canciones enérgicas eso sí, pero mid-tempo y con un refuerzo en graves que mantiene el entorno chill sin variar mucho las sensaciones del oyente. Nada discotequero desde luego y eso lastra un poco la valoración de la reseña.
Hay que considerar, eso sí, que el afán por experimentar está presente (característica de Gorillaz desde sus inicios) y que han comenzado su nueva etapa tal y como la acabaron: con dos discos consecutivos y poco distantes temporalmente, pero diferentes siendo el segundo más introspectivo que el anterior. Siendo así, que nadie espere temáticas de amor desesperado y excesivo romanticismo ya que igual se encuentra referencias al Brexit, al panorama armamentístico de Reino Unido y a otros temas de actualidad procesados por la mente, el puño y el pentagrama de uno de los líderes de la banda.
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