Parto de la base de que la vuelta a la actividad de una banda que ha protagonizado parte de la música popular más excitante, aunque sea sólo en un momento fugaz, es siempre, al menos a priori, una buena noticia.
Ahora bien, el modo en que este retorno se produce es muchas veces dudoso, predominando el afán únicamente recaudatorio, aunque siempre resulta difícil establecer fronteras en este sentido.
En el caso de Gang of Four ya hubo un amago de reunión en 2005, entonces sí con la formación original, y que lamentablemente no tuvo publicación de material nuevo, aunque sí volvieron a grabar temas antiguos. Sin embargo, hoy en día hay, lamentablemente, una mala noticia: De la formación original solo queda Andy Gill, cantante y guitarrista.
Vayamos con la música. Empezamos la escucha bien con Where the Nightingale Sings, una de las canciones más oscuras, que consigue calar después de ir entrando muy poco a poco y convirtiéndose en una de las mejores del disco junto con The Dying Rays, donde colabora Herbert Grönemeyer (cantante y actor muy desconocido fuera de Alemania pero una auténtica superestrella allí).
Después nos encontramos con otra llamativa colaboración: Alison Mosshart (The Kills o The Dead Weather) en Broken Talk. Consigue aquí y en England´s In My Bones dos temas interesantes, pero se los lleva demasiado a su terreno.
En Obey The Ghost suenan casi a unos NIN por el toque industrial y en Isle of Dogs andan por la cuerda floja sobre el desfiladero de lo comercial, pareciendo por momentos casi U2.
Uno de las preguntas que deberían hacerse con grupos tan alejados en fecha del movimiento en el que se inspiraron y al que ayudaron a desarrollarse es si se puede mantener la frescura o incluso, en este caso, si se mantiene la vigencia del punk en la actualidad. ¿Se puede hacer crítica política en la actualidad sin parecer trasnochado?
En este su ya noveno álbum, suenan más noventeros que ochenteros y menos acertados cuando se acercan a la balada.
El disco se cierra con tres importantes colaboraciones más. El guitarrista japonés Tomoyasu Hotei en Dead Souls, Robbie Furze (miembro de The Big Pink) en Graven image y de nuevo Herbert Grönemeyer en Staubkorn.
Mira que soy enemigo de alabar sólo los primeros discos de los grupos y denostar los de larga trayectoria, pero quizás este disco no sea un disco de Gang of Four y puede que así, bajo otro nombre, hubiera tenido mejor acogida.
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