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DRIVE-BY TRUCKERS – ENGLISH OCEANS

Si Drive-by Truckers tuvieran aires de grandeza, lo mejor que podrían hacer sería separarse. Da la impresión de que a este tipo de grupos, como a The Jayhakws en otras circunstancias, se les valora más cuando desaparecen. Quizá entonces se tomarían más en serio los quince años de rock más allá del estereotipo sureño, las obras maestras como Southern Rock Opera y Brighter Than Creation’s Dark y los centenares de conciertos incendiarios e inolvidables que han ofrecido Drive-by Truckers siempre inspirados, cómo no, con abundante bourbon.

Afortunadamente, su décimo álbum (!) English Oceans demuestra que están más que vivos y que tienen carrete para rato. Va a ser difícil encontrar este año un arranque de disco tan sabroso, fresco y con tanto “groove” como Shit Shots Count, gamberra canción que bebe a tragos de las aguas rebeldes de los Rolling Stones de Exile on Main St. La canta Mike Cooley, de voz grave, honda, poderosa, en una novedad de este disco: frente al protagonismo habitual de Pattersson Hood, ahora comparten micrófono casi a partes iguales.

Sale bien parado Cooley, culpable de muchos de los mejores momentos de English Oceans. Su voz domina y maravilla en Primer Coat, un medio tiempo sereno y con riff de categoría que le va como anillo al dedo, y en First Air of Autumn, genuina delicia ‘folkie’ de guitarras acústicas que tiñe de melancolía el final del álbum.

Ambas canciones subrayan la sobrada capacidad de Drive-by Truckers para contar historias en menos de cinco minutos. No es que sean talentosos letristas: es que son grandes narradores. Por ejemplo, Pattersson Hood se inspira en un personaje del escritor Willy Vlautin para el single Pauline Hawkins, quizá un poco obvia en un principio pero que crece y crece gracias al piano y al juego de guitarras final. La brutal sinceridad y el rechazo de una persona que ha sufrido una vida terrible se condensan en los últimos versos: “You’re just a vacation, a one night way-station to keep me awake until I’m ready to sleep”.

Igualmente roquera, aunque menos cuidada en lo lírico, es When He’s Gone, sobre la dañina dependencia en una relación. El disco dispara además dardos sureños tan del estilo Lynyrd Skynyrd como Hearing Jimmy Loud o la política The Part of Him. Hay también baladas con el sello Hood que relajan el ambiente con notables resultados, como en el caso de la desoladora When Walter Went Crazy. Aun así, la rareza (y sorpresa) del disco corresponde a Natural Light, de ritmo tambaleante y piano borracho, como de garito decadente, sobre la que Cooley canta con un romanticismo encantador como si llevara dos copas de más.

Cierra el disco la espiral de guitarras de Grand Canyon, sobre la gran epopeya estadounidense. En general, English Oceans eleva el nivel de su predecesor Go-Go Boots, deja un gran sabor de boca y, lo mejor de todo, vuelve a poner a Hood, Cooley y compañía en la carretera, la verdadera razón de ser de Drive-by Truckers. Tocarán en el Primavera Sound pero, ojo, antes de ello tienen 14 días libres en plena gira europea sin ningún concierto anunciado. ¿Caerá alguna fecha más por España? Ay, que no se separen nunca, por favor.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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