DEFTONES – GORE

21 años llevan en el candelero y estos gigantes de metal alternativo nos demuestran que todavía tienen mucho más que enseñarnos. Está claro que no son tan agresivos como eran en su primera etapa, pero Chino Moreno aun nos golpea con canciones como Doomed user, Gore o Prayers/Triangles.

Con Koi No Yokan marcaron una senda que continúan recorriendo, experimentando con su sonido y depurándolo, volviéndose más melódicos y detallistas. Sus clásicos riffs y potente batería se mezclan con la electrónica, imbuyendo al álbum un estilo etéreo, ya presente en su anterior trabajo, pero que esta vez busca marcar contrastes en lugar de imprimir calidez a su sonido, resultando en un disco que trasmite una gama más amplia de emociones. A esto juegan los de Sacramento en este álbum; te envuelven en su sonido y te mecen para después zarandearte con los cambios de registro de Chino.

Atmosférico y con un sonido pulido, Gore es un híbrido entre el Koi No Yokan y el White Pony. Tiene calidad y está cuidado pero no supone una innovación, a excepción unos cuantos chispazos repartidos inteligentemente por todo el disco. La mística Prayers/triangles nos hechiza con la dualidad de los dos registros vocales principales de Moreno. Esta pista es un reflejo del álbum, ambivalente como los sentimientos que evoca, el carácter de las canciones y la sucesión de estas.

A ésta le sigue Acid Hologram, serena y pesada va saturando el ambiente hasta que Doomed User nos espabila. Este potente tema metalero, cuyos riffs nos recuerdan a los Deftones de otros tiempos, es uno de los mazazos del álbum. Una de las mejores canciones del álbum es también Heart/Wires, exponente de la parte más electrónica y etérea de su sonido, en la que voz e instrumentos van encantando al oyente para después conquistarlo con la resolución de la progresión. Pero lo bueno no acaba aquí.

El plato fuerte del disco es la última sucesión de pistas, de (L)mirl a Rubicon, y es ahí donde radica toda la fuerza de esta obra. Deftones siempre ha transmitido mucho erotismo en sus canciones. Ese toque en este trabajo lo da (L)mirl, sensual y vaporosa, es la nueva Sextape . Le sigue la violenta Gore, uno de los tracks con más carácter, que nos sorprende con el contraste que provoca, tanto con la canción anterior como con la melódica Phanton Bride, de la que cabe destacar lo impecable de su instrumentación, y no es para menos ya que cuenta con la colaboración de Jerry Cantrell, guitarrista de Alice in Chains.

El broche de oro lo pone Rubicon. Solo puedo decir de ella que es una maravilla, guitarras potentes y una percusión sobresaliente, Sergio Vega y Abe Cunningham han hecho que me quite el sombrero. Consiguen que el oyente se eleve y se despiden con una muestra de poderío que nos recuerda por qué siguen en la cima.

El disco aunque ha sido bien recibido por la crítica ha despertado controversia por el giro hacia la electrónica que han dado. Es cierto que ya no trasmiten la fuerza y rabia de los primeros trabajos y ese detalle puede defraudar a la facción más metalera de sus seguidores, pero es resultado del cambio que están sufriendo, intentando cabalgar la ola de los 10’s tan bien como hicieron en los 90’s. Independientemente de eso es un buen álbum, cuyo único punto flaco es la diferencia de calidad que hay entre la primera y segunda parte.

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