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CRYSTAL FIGHTERS – EVERYTHING IS MY FAMILY

El tercer disco. El de confirmación de tu éxito como banda o el de pasar a la irrelevancia. O al menos así se ha visto tradicionalmente en la progresión artística de una carrera musical por el siempre exigente y desagradecido mundo de la crítica. Este Everything is My Family es la continuación de todo lo que ha llevado a Crystal Fighters a estar donde están, jugando en la liga del indie mainstream cuya música sirve tanto para anunciar un refresco como para llenar un festival de verano. Pero también es algo más.

La pérdida del batería Andrea Marongiu, fallecido en 2014, sirvió de revulsivo para la banda, que se dedicó a estar estos dos últimos años llevando por separado un proceso de búsqueda y de encuentro iniciático que les ha llevado a descubrir que la vida es entregarse a la experiencia. Un mensaje dionisíaco y con referencias a William Blake que ha servido para llevar a este Everything is my Family una filosofía vitalista, referenciada por las culturas primitivas y paleolíticas que todavía perduran en nuestro planeta.

Este escuchar a nuestra voz interior y a la sabiduría ancestral para dejarnos llevar y entender que la respuesta a lo que buscamos a veces no podremos encontrarla sino es dejándonos llevar y disfrutar de la experiencia del aquí y ahora, lo refleja perfectamente el primer tema: Simplecito. Tiene un discurso en español traducido simultáneamente al inglés, que nos explica la simplicidad de la vida: vivir y amar cuando vienen momentos difíciles. Y a partir de ahí, Crystal Fighters no dan tregua y nos lanzan single tras single de esos que nos van cambiar la cara y van a dibujar una sonrisa en nuestro rostro, la que sirve para confirmar que Crystal Fighters, pese a las dificultades, están aquí para quedarse por mucho tiempo. Si con una tríada como Yellow Sun, Good Girls e In Your Arms cargada de steels drums vitalistas, tropicalismo feliz y txalapartas enloquecidas (sí este popular instrumento vasco está muy presente en el disco) no te pones a bailar o a dejarte llevar por el optimismo experiencial que destilan, más vale que emules a Simón el estilita. Cada uno de estos temas lleva el sello Crystal Fighters pero, a la vez, ninguno de los tres repite sonido sino que ahonda en diferentes matices de la propuesta de pasados y presentes trabajos de la banda sin dejar de ser ellos mismos. Ecos de Major Lazer, anuncios de cerveza y psicodelia feliz.

Pero también se guardan espacio para ver hacia donde les llevan las nuevas experimentaciones. Y aunque estas no sean siempre acertadas, en el contexto de este tercer disco, sirven para rebajar la zapatilla y llegar a momentos de reflexión y descanso, necesarios siempre. Así es un tema como Live For You, con ecos de MGMT, que sirve de entrada perfecta a otro de los temazos del disco: Ways I Can’t Tell que nos devuelve a esa fusión de electrónica e indie de la que se han convertido en uno de los principales abanderados.  All Night, el siguiente tema, con una letra digna de los Kiss más setenteros (Party all night, party all day, party all day ey, ey, ey). Nos lleva a sentirnos en la banda sonora de Capitán Ron, esa película ochentera de Kurt Russell, con su ritmo isleño y su toque de tropicalismo, margaritas, hamacas y playas de arenas blancas con aguas turquesa.

Los tres siguientes temas, The Moondog, Fly East o Living The Dream nos llevan de nuevo a los Crystal Fighters más reposados. Aquellos que se sientan con nosotros en una hoguera en la playa cuando lo álgido de la fiesta ha acabado y nos traen melodías más cálidas y menos directas. Esta experimentación les lleva a terrenos más psicodélicos como The Moondog, sacada directamente de los 70 y del hippismo de propuestas como Hair, o Fly East que los hermana con la tríada beatleniana de  Sgt Pepper, el White Album y el Magical Mystery Tour, dejándose llevar por esos sonidos orientales que reclaman en el título del tema.

Living the Dream es la consciencia de lo realizado y de lo que están realizando como banda. Darse cuenta de que todo por lo que habías trabajado se está llevando a cabo y te está permitiendo vivir tu propio sueño. Filosofía que acaba contrastando con el tema final Lay Low, un tema que nos muestra que la vida se ha de vivir al máximo, pero sin grandilocuencias, sin creernos demasiado importantes porque, al final todo pasa, como decía George Harrison en su All Things Must Pass.

Vivamos, seamos felices, amemos, porque en el fondo todos compartimos sueños, experiencias y buscamos encontrar la felicidad en nuestras vidas sin darnos cuenta de que la felicidad no es una meta sino que es el combustible…. Y este Everything is My Family nos va a ayudar a andar el camino.

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