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COSMEN ADELAIDA – LA FOTO FANTASMA

Hace cuatro años que Javier Egea y Nacho de la Hoz colgaran un anuncio en un foro de Muzikalia buscando un batería, y hoy junto con Luis Fernández al bajo, Elisa a la batería y Javi Betacam al teclado forman Cosmen Adelaida. Pop con toques psicodélicos donde el bajo y la batería cobran fuerza de una forma potente. 7 Picos (El Genio Equivocado, 2011) fue su primer LP después de dos EP anteriores, y tras tres años de espera nos llega este La foto fantasma.

El parque abre el disco, con un riff de guitarra que engancha desde el primer segundo, y la claridad y la sencillez como bandera. La letra de un amor melancólico introduce el álbum, el cual va a seguir esta temática a lo largo de sus doce canciones.

Uno de los temas fuertes es Becerro de oro, donde la electrónica incorporada a través del teclado se mete en el aura oscuro de la fuerza que desprende el tema, al que pone el broche de oro la potente voz principal.

Y tras la oscuridad y la explosión de energía que se queda en el cuerpo, llega el buen rollo de la mano de La fantasmaja, una canción muy primaveral/veraniega que incita a sacar una de esas sonrisas tontas, al igual que Familia/Trabajo.

Las claras influencias de Odio París quedan patentes en Copenhague, un pop enérgico que cuenta con un puente de guitarra entre estrofa y estrofa muy potente y pegadizo.

En Dormancia también encontramos toques de otras bandas, en esta ocasión de Los Punsetes. La canción más oscura de La foto fantasma, donde Elisa se hace con el micrófono para cantar una historia inquietante donde se mezclan detalles macabros y surrealistas con la dulzura que desprende su voz.

El mismo lugar marca la bocanada de aire, la transición entre el ambiente lúgubre que nos deja Dormancia y la fuerza de Acampada Arqueológica, tema muy ochentero sobre una base indie-pop.

Viento de invierno, con una base más noise-pop que indie, sigue el camino del buen rollo con una letra de abandono amoroso. Presión consigue con una melancólica guitarra crear una atmósfera más íntima, aura que sigue Voces, con un minuto de puro sonido y largos silencios donde parece más una pieza instrumental que un tema del álbum.

Y por último, la corta Jo, qué noche recuerda al pop de la movida madrileña, cerrando el LP con un toque gamberro y fiestero que deja muy buen sabor de boca con un sonido más indie.

La foto fantasma es, sin duda, un trabajo donde se intercalan la fuerza y la alegría de algunos temas con la oscuridad y la sombría sensación de otros. Es un disco de contrastes donde los madrileños demuestran su evolución al rescatar un sonido pop muy personal, que nos recuerda en muchas ocasiones a la época de los 80. Canciones que te atrapan a la primera escucha y que crean la marca personal de este grupo.

Un soplo de aire fresco al pop nacional.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10

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