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CHROMATICS – KILL FOR LOVE

killforloveChromatics, una de las bandas más enigmáticas de la actualidad, vuelve con su cuarto LP titulado Kill For Love. Después de su celebrado Night Drive (2007), que hizo que la banda surgiera un poco de las profundidades del underground, este nuevo trabajo nos demuestra que no han cambiado un ápice en su manera de entender la música: electrónica ambiental, con influencias de pop oscuro de los 80, la música disco, el synthpop, o el shoegaze.

Y uno de los culpables de dicha mezcla es Johnny Jewel, alma de la banda, productor, compositor y multiinstrumentalista que, aparte del grupo que comentamos, tiene otros proyectos como Desire o Glass Candy, del cual aprovechamos para recomendar aquí su propuesta de electrónica más bailable. Como punto en común a todos estos proyectos sería la clara vocación de nadar contracorriente, no buscando en ningún momento la salida fácil, sino las ganas de experimentar y de hacer el tipo de música que realmente les viene en gana.

Como sucedió en Night Drive, disco pensado como la música que puede acompañarte en una larga travesía en auto, nos encontramos que este disco pretende ser un viaje de 90 minutos hacia el synthpop con todo lo que la banda ha aprendido en su camino, todo un curriculum vitae. Curiosamente, el disco se abre con una versión de Neil Young y su Hey Hey, My My (Into the Black), con la fantasmal voz de Ruth Radelet imprimiendo personalidad a la canción. Esta afición por las versiones siempre les ha funcionado bien, como en Night Drive se atrevieron con Running Up That Hill, de Kate Bush. Memorable cover.

El disco nos lleva por los Chromatics que esperamos, con Kill For Love, segundo corte y con la personalidad de la banda bien marcada, seguido con Back From The Grave con ese sonido de guitarra que nos va a acompañar durante todo el disco (y de hecho, toda su discografía), los sintetizadores raspando la melodía de Lady, los ambientes tensos en These Streets Will Never Look The Same, los silencios eternos e incómodos de Broken Mirrors y toda la muestra de canciones ambientales y infinitamente minimalistas que pueblan la segunda parte del disco.

En definitiva, parece ser que nos encontramos en una encrucijada con Chromatics, hacen un disco que parece un recopilatorio de sus 3 discos anteriores donde han experimentado y creado un sonido que ya les es propio. Es una entrega, como todas las demás, para los amantes de la electrónica no bailable, para disfrutar de las texturas, para escuchar una tarde relajada de viernes antes de encarar en el fin de semana. Pero por desgracia, los fans de la música electrónica más activa van a huir despavoridos.

Difícil buscar reproches a un disco que juega con nosotros pero que lo hace magníficamente bien, quizás el inmovilismo de la propuesta sería el único punto negativo pero (y me aventuro a hacer de pitoniso), quizás este disco simboliza el punto de inflexión de la banda; nos dan una muestra de dónde ha llegado su sonido para hacer un giro de tuerca en su siguiente disco de estudio. El tiempo dirá… pero de momento, disfrutad de esta curiosa entrega.

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7.5/10

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