Hace pocos meses discutía con unos amigos sobre cómo un grupo muy conocido había presentado su último disco. Un trabajo bastante diferente a los anteriores. Algunos de ellos me comentaban que era porque normalmente las bandas necesitan dinero y hacen algo rápido. Mi opinión es que cuando ya eres un grupo bien consagrado puedes hacer lo que quieras, cómo quieras y cuándo quieras, porque ya eres uno de los grandes y puedes permitirte el lujo de presentar lo que de dentro te sale y darnos a todos una buena lección. Eso mismo han hecho los Catpeople en este tercer disco, y yo se lo agradezco.
Han presentado un trabajo nuevo, Love Battle, dejando algo de lado el oscurismo anterior, dándole a la voz una importancia no tan vista en ellos hasta ahora, han creado un sonido fino y elegante preparado para hacerte vibrar, preparado para hacerte sentir algo fuerte, como siempre pero diferente.
Como estaba tan emocionado con este Love Battle, he cogido una pequeña muestra de la población para que lo usaran en sus trabajos: hostelería, oficina aburridísima, repartidor callejero, diseñador, dependientes de tienda y, sobre todo, gente parada que visita playas, hacen footing, estudian y simplemente ven la vida pasar mientras intentan encontrar un trabajo. El resultado, una amplia mayoría absoluta: RESULTADO TREMENDO.
Temas como Safari o Secret Life son perfectos para una banda sonora o cualquier musical digno de ponerte los pelos de punta. Cargas de letras brutales.
Empiezan el disco con Sorry, un poco a lo étnico donde se le suman sonidos y voz alejada y muy relajada, no os perdáis ese maravilloso «ooohhhhh» antes del último acorde que finaliza el tema.
Los coros, como en Rana, llenan al completísimo sumándole los cambios de notas, otra vez los coros y cambian el ritmo de la canción, hacen una pausa y siguen sin miedo alguno. ¿Pasividad? Ninguna.
Con el mismo nombre que el disco, Love Battle empieza con un clinc clinc clinc seguido de «you make me a happy monster». Los acordes y sonidos se introducen ascendentemente, el tema acaba convirtiéndose en un exquisito complejo trabajo, que vuelve a dar esa importancia a la voz. Como ya hemos dicho, más relajada e iluminada. El estribillo es gracioso y cargado de positivismo.
El principio elegante de She Was An Astronaut convierte ésta en el hit del disco, mi canción preferida, rebosante y muy dinámica. Como en este Love Battle tenemos de todo, dejad que os presente entre distorsión lejana y, para mis oídos, como gotas de agua instrumentales, la gran canción The Horse Parade. Es imposible no involucrarte por completo en ella, te sumerges hasta navegar por todas las notas y monosílabos de ésta. Y, para el final, I’m so Sorry, 3 minutos y 37 segundos de más viaje y más delicatessen, cierra los ojos y déjate llevar hacia otros mundos a nivel despedida del trabajo. ¡Pero cuidado! No des al stop antes de que el tema acabe, a los 2 minutos y 26 tendrás una bonita sorpresa que reafirma que éste es uno de sus mejores trabajos y querrás darles las gracias en persona.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9 /10
