Embarcarse en un doble álbum es una decisión arriesgada en la carrera de un artista. Sin embargo, Cass McCombs ha elegido correr ese riesgo para su séptimo larga duración (doblemente larga en este caso), aunque no es la primera vez que trabaja en dos discos al mismo tiempo. En 2011, ya declaró que sus anteriores Wit’s End y Humor Risk fueron elaborados simultáneamente.
Big Wheel And Others (Domino Records, 2013) está compuesto por 22 pistas que reciben influencias de diferentes corrientes que van desde el rock y el folk-pop hasta el jazz, pasando por el blues y el country. Se abre con el corte Sean I, el primero de las tres homónimas (Sean II y Sean III) que van a consistir en grabaciones donde una niña de 4 años («¡y medio!», dice ella orgullosa) es entrevistada en un Questions&Answers bastante peculiar. Pero en cuanto a temas propiamente dichos, empezamos escuchando Big Wheel, donde ya se percibe la sencillez de la composición que va a ser clave en este trabajo.
Después vienen las «others«, como la bien traída desde el jazz The Burning of the Temple, 2012, o el folk-pop de Angel Blood, Morning Star, Brighter!, así como en su versión con Karen Black (recientemente fallecida y que ya había colaborado previamente en McCombs), y There Can Be Only One. Les van a seguir Name Written in Water y Joe Murder, más oscuras que las anteriores y más pendientes del rock, para cerrar una primera parte con la delicadeza de Everything Has To Be Just-So, algunas veces casi recitada, y que en su conjunto nos demuestran que Cass McCombs sabe beber bien de los antecedentes musicales de su América natal.
La misma variedad la encontramos en el segundo disco, que comienza con una instrumental, It Means A Lot To Know You Care, y que contiene canciones de rock pausado como Honesty Is No Excuse (pero con un solo de guitarra digno de atención), algo country con Sooner Cheat Death Than Fool Love, y ese folk con aires de blues que el cantautor sabe construir tan bien.
La simplicidad también se hace ver en las letras, donde como en previos LP’s, vemos a ese narrador estadounidense de historias y versos sentimentales y estrofas crudas, resultando en una transparencia que notablemente sale desde las profundidades de la mente y las entrañas del artista.
Y no sólo suena a discos anteriores en las letras, sino que al final, tanto en la teoría como en la práctica, este es otro trabajo made in McCombs, de folk pero con diferentes fusiones algo tímidas para seguir manteniendo la esencia y la etiqueta, y mucho más largo que a lo que nos tiene acostumbrados. Es más cálido y luminoso que sus predecesores, pero sigue jugando sobre el mismo plano.
Son 85 minutos de un álbum doble que viaja y explora diferentes sonidos, pero elaborado desde una continuidad y fluidez que encandila, aunque hay que tomárselo con paciencia. Capitaneado por la sencillez, pero no desde el lado negativo: este Big Wheel and Others de Cass McCombs es como una coctelera donde, añadiendo los ingredientes correctos y agitando bien el continente, obtenemos un buen contenido y una gustosa combinación. Sin embargo, remitimos al californiano el conocido refrán que dice “si breve y bueno, dos veces bueno”.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6’5/10
