InicioDiscos – ArchivoCARL BARÂT & THE JACKALS - LET IT REIGN

CARL BARÂT & THE JACKALS – LET IT REIGN

Sin duda, la vuelta de The Libertines ha sido una de las noticias del pasado año para los nostálgicos (¿se puede ser ya nostálgico de los 2000?) de la ola en la que, salvando las distancias, se enmarcaba la música de la banda británica. Y aunque empezar la reseña del nuevo disco de Barât haciendo referencia a su (ex) antigua banda pueda sonar a desmerecimiento del disco que nos ocupa (además de a falta de inspiración), lo hago por una buena razón. Y la buena razón no es más que la conclusión que se extrae de los 10 temas de estos nuevos Jackals: Let It Reign no es simplemente un pasatiempo o aperitivo hasta que llegue «lo importante”, el nuevo disco de The Libertines. Al contrario, es un disco para escucharlo con la misma importancia, y su razón de ser viene del mismo disco, más allá de nombres y apellidos.

Esta importancia de la que hablamos no es solo para los afortunados que vía Facebook acudieron a la llamada de Barât y se incorporaron a su nuevo proyecto. Let It Reign se presenta como un firme candidato, de sonido contundente donde estos dispares miembros reafirman la personalidad e independencia creativa de Barât. Más duro y menos melódico que su primer disco en solitario, lleno de energía y resquemor. La contundencia con la que da comienzo, el primer single Glory Days, no es más que el mejor exponente de todo esto: guitarras cortantes, ritmos reggae, percusiones latinas y la agria voz de Barât que se conforman en un homenaje de primera a The Clash pero sin renunciar a la personalidad.

La influencia de la banda británica se va a extender por todo el disco, sobre todo en el eclecticismo de la primera mitad y en el espíritu combativo sobre todo de la segunda. En esta vuelta de hoja tenemos un sonido de guitarras más denso y voces más agresivas de lo que nos tiene acostumbrado el músico. Son temas como March Of The Idle, la más destacable en este sentido y con una subida constante a lo largo de toda la canción, o The Gears, quizá la más pasable a las alturas del disco en la que se encuentra. También We Want More, que se va volviendo más sucia hasta adoptar un sonido más The Vines (quizá hasta demasiado), y War Of The Roses, con un sonido más británico en los estribillos.

Con este bloque anterior contrasta el que forma la primera parte del disco, que entra más fácilmente por la velocidad y electricidad que transmiten. Es el formado por Victory Gin, otro temazo después de Glory Days, con voces y guitarras más en la línea de Barât y ese estribillo con reminiscencias de himno; Summer In The Trenches, con las sutiles percusiones y el sonido de radio, el ritmo libertine, la voz destartalada, y ni un ápice de pérdida de energía respecto al tema anterior; y A Storm Is Coming, que baja un poco el ritmo pero con la misma energía. Una inspiración más cercana a aquellos grupos que se desviaron más del garage puro, como The Von Bondies, con más melodía y menos suciedad, y un consecuente sonido pegadizo la convierte inmediatamente en el perfecto single.

Ambas mitades se cierran con los temas más lentos y melódicos del disco. En el caso de Beginning To See, siguiendo de forma medida la progresión de A Storm Is Coming, se nos presenta un bonito tema en el que se unen guitarras sucias con violines y coros ensoñadores, transmitiendo sin embargo esa simplicidad del amor tan de la calle que da resultado a esa especie de romanticismo descarado que tan bien cultiva tanto Carl Barât como su compañero Pete Doherty. Por otro lado, Let It Rain cierra el disco de una forma perfecta, contrastando con los temas más duros tanto en sonido como en espíritu, con ese ambiente desvaído, y ese sentimiento de epílogo de simplemente dejarse hacer y aprovechar lo que venga, sea lo que sea.

Al final lo que logra sin duda Let It Reign es combatir la indiferencia, con un carácter que da una de cal y otra de arena, funcionando como inspiración tanto para disfrutar de algo como para luchar por algo, aunque quizá para una cosa sea necesaria la otra. Todo se resume en la energía que transmite, motor de todo lo que hacemos y necesidad para no caer en el inmovilismo. Y volviendo al tema que abría la reseña, si al final resulta que The Libertines sacan un discazo tendremos la suerte no de tener un discazo y medio, sino dos discazos, a la par. Algunos a esto lo llamarían un golpe de suerte. Yo lo llamaría ninguna nostalgia por los good old days.

Escúchalo aquí:

 

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