Trío japonés de Yokohama, formado desde 2004, pero hasta ahora no han sacado su primer disco, Memories, Violet & Demons, título muy atractivo, al igual que la portada, para un original LP con influencias de varios tipos, todos mezclados de modo singular y relativo, dependiendo del tema. Podemos hablar de pop psicodélico, música ambiental, de electrónica, shoegaze, folk, o de new wave, como ellos mismos afirman, pero yo los incluiría antes que nada dentro de la tendencia dream pop, que, para qué negarlo, tiene un poquito de cada una de las cosas mencionadas anteriormente.
En resumen: música de buen humor, nada de melodías cabreadas; sencillas, de buen tono, unas veces muy dulce y envolvente, otras más rapidito, pero siempre de buen humor reflejando optimismo, puede que en ocasiones ligeramente melancólico, pero solamente como pequeño matiz. Algo curioso y lo que más me hace pensar en el mencionado dream pop, ya que me lleva indiscutiblemente a los Cocteau Twins, o más recientemente a lo School of Seven Bells (sólo en el primer disco, el segundo es más bien flojo), son esos guitarrazos sonoros en medio de melodías de lo más vaporosas. Las voces tranquilas y difuminadas se van alternando; unas veces canta Shinji Horiuchi y otras Keiko Sakurada, miembro femenino del trío; a veces lo hacen a dúo o ella hace coros, y algún tema instrumental o con pocas aportaciones vocales, con lo cual hay una variedad que hace el disco, por si fuera poco, de lo más diverso y entretenido de escuchar. También habría que afirmar que sus puntos fuertes son los teclados que suenan de modo distinto en cada tema, y las guitarras, contraste con resultado estupendo y poco habitual.
Yo calificaría Colour y Little Riot (esta última con voces casi inexistentes) como los temas estrella del disco, tanto por los teclados ingenuos y suaves, al igual que la voz masculina (¡incapaz de repetir los nombres!) y esa guitarra áspera que queda tan bien contrastando con el resto. También resaltaría Still, canción de las que celebran el buen humor, muy bailable y pegadiza, en realidad un canon que se repite una y otra vez con sus bajadas y subidas de intensidad a través de los distintos instrumentos, bailable y muy positiva. Esta característica también se encuentra a ritmo más lento en Friend, esta vez, cantado por ella. Free, totalmente instrumental, supongo que de ahí viene el calificativo “música ambiental”, también destacable, tanto por un solo de guitarra de lo más sugestivo como sus teclados y, de nuevo, habilidad para manejar los clímax de la canción. Entre el resto se pueden encontrar melodías más tranquilas, de las que ponemos de fondo cuando tenemos una conversación interesante, muy bien hechas, pero desprovistas de ese elemento que otras sí tienen, eso que nos atrapa y nos hace no poder hacer nada más que escuchar.
Como disco de debut me parece una gozada, pero me gustaría que más adelante se inclinasen hacia la tendencia de sus temas a lo dream pop, con los correspondientes sonidos sugerentes y etéreos y sus contrastes guitarreros porque creo que es la parte que más dominan y que mejor resultado les da. Es un disco exquisito, un bomboncito para escuchar en momentos determinados y, espero, el principio de una discografía en la que sepan destacar estas características, que son sus mejores cualidades.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10