Blood Red Shoes, para quien no los conozca, es un dúo de post-punk influenciado por el grunge que usan sólo batería, guitarra y la voz de los dos componentes… ni más ni menos. Se declaran abiertamente contrarios al fascismo. Sus letras tratan temas como frustración, ira, alienación, aburrimiento, duda, psicosis, confusión, esperanza y libertad.
Después de dejar sus respectivas bandas, Steven Ansell y Laura-Mary Carter se unieron para crear este nuevo reto en el 2004. Blood Red Shoes es un grupo que se trabaja y se crea constantemente a sí mismo en el escenario (de ahí que tardaran 4 años en grabar su primer largo mientras tocaban en conciertos y eventos). Antes de sacar aquel primer trabajo, presentaron varios singles y cogieron como costumbre cocinar sus canciones en el escenario, donde las prueban y redondean delante del público, incluso llegando a tocar algunos temas inacabados o con letras sin definir.
Los dos componentes declararon en sus principios querer “mover a la gente, hacerles bailar, gritar o excitarse”… Lo consiguieron y ahora siguen en sus trece con el segundo trabajo Fire Like This, del que hoy voy a hablaros.
Don’t Ask es el primer tema y puede ponerte los pelos de punta. Sólo con los primeros acordes te puedes dar cuenta de que, como antes he mencionado, están hechos a través de múltiples shows y conciertos. Encontraremos grandiosos estribillos como este “Heyyy hey hey “del tema Light It Up cantado de forma suave, seguido de un “Light It Up” a grito pelado acompañadísimo de un excelente guitarreo, empezando el tema igual que lo acaba, a base de suaves toques de percusión. Toques que se hacen sentir durante todo el vaivén de subida y bajada que posee la canción.
“El aire se está haciendo espeso, su cabeza empieza a girar, cuesta respirar y quieren echar a todo el mundo del lugar porque algo que se repite les está matando”… Así gritan Blood Red Shoes constantemente en It Is Happening Again. ¿Se refieren a un ataque de ansiedad? Me da la sensación de que sí, y de hecho lo parece… No hay descanso de acordes. La voz se calma pero la guitarra no hace más que aumentar su potencial mientras gritan “everybody out” (Todo el mundo fuera)
When We Wake es la “balada” clara del disco… Apenas cuatro párrafos repetidos constantemente a lo largo de cuatro minutos y medio, con una voz suave y sensual. Quizás sea donde los instrumentos acompañan más a esta voz y suenan más finos de todo el disco. Lo mismo ocurre en el tema Follow the Lines, donde el “Ohh oh oh” se repite como coro al igual que en One More Empty Chair, acompañado de gritos diciéndonos que no se lo van a creer. Éste es el tema más cercano al indie de todo el trabajo. Ritmo, buena letra y sentimiento.
A lo más grunge empieza este Keeping It Close. Desde el segundo cero, hay una explosión instrumental, parada con dulces acordes, seguida de la voz de Steven desde la lejanía a la que se acopla Laura a modo de coro. Muy elegante.
Aunque si hay que definir una canción como elegante es sin duda Heartsink. Tremendo tema sin desperdicio. Paradas durante el tema y enloquecimiento de voces y gritos que, si no fuera por lo contemporáneos que suenan, podríamos hasta decir que nos recuerdan a otros tiempos donde el hardcore estaba presente.
Colours Fade cierra el trabajo. Algo más de 7 minutos de canción, que dobla la media de la longitud de todos los demás. Es como un resumen de lo que ellos y sus canciones son, ya que aquí evidencian su clara pasión por los conciertos, con introducción simple, una canción cargada de letra y coros y un final muy alargado y apasionado.
En definitiva, un grupo de estilo indie y post-punk que se ha hecho y se sigue haciendo a sí mismo alimentándose de actuaciones que se reflejan claramente en todos sus temas.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10