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BLACK SABBATH – 13

El fin de un ciclo. 13 es la vuelta a la (casi) formación original de Black Sabbath: Ozzy, Iommi y Butler, acompañados por el batería Brad Wilk de los Rage Against The Machine.  Es un retorno muy importante porque no se entiende la evolución de la música en los últimos 40 años sin esta banda seminal que originó todo un sinfín de estilos musicales: Heavy Metal, Stoner Rock, Rock PsicoldélicoKuyss, Queens of The Stone Age, Dio, Black Mountain, Graveyard o los actuales Tame Impala. Ninguna de estas bandas existiría sin que Osbourne y los suyos no hubieran sacado sus discos: El homónimo Black Sabbath, Paranoid, o Masters Of Reality fueron una importante inspiración para toda una generación, trascendiendo lo estrictamente musical para pasar a afectar a la cultura popular de un país en plena decadencia del movimiento hippie. Se les tildó de satanistas, ocultistas, de ser el demonio en forma de músicos… Pero lo que fueron son unos músicos avanzados a su tiempo y que lograron que el rock hiciera un paso de gigante. Benditos cracks y bendito LSD.

13 no será su mejor disco, pero sí es un dignísimo epitafio.
El LP tiene 8 canciones con una duración media de los temas que se acerca a los 6 minutos. Así que estamos en un disco clásico de rock pesado y de riffs inacabables. Los tres primeros temas son excelentes: End Of The Beginning y God Is Dead tienen una estructura tradicional, una introducción que va in crescendo acompañado de unos solos de guitarra de Iommi dignos de un maestro. Para posteriormente, darnos un pegadizo Loner y un tranquilo Zeitgeist, que nos da una pausa para encarar la segunda parte más densa del disco: Age Of Reason nos recuerda a los Kuyss de Welcome to Sky Valley de manera descarada, pero los Sabbath se lo pueden permitir, porque Kuyss se lo deben. Y cerrando el disco con Damaged Soul y Dear Father, nos están diciendo que ellos han sido los mejores y sino están llenando estadios será porque se van haciendo mayores.

Es un disco sin concesiones. A estas alturas sería patético que nos dieran un respiro. Posiblemente si no has escuchado los disco clásicos de la banda no le harás mucho caso a este 13, pero para los fans, es una saludable vuelta a los orígenes pero sin sonar antiguos, y algo tendrá que ver el productor Rick Rubin en esto, pero también el hecho de que estos maestros nunca han perdido el contacto con la música.

Sólo me queda avisar a los oyentes: Este disco no es para darle el play y parar una vez escuchado el single. Es para escuchar del tirón, para dejarse a llevar por el entramado guitarrero, porque es una orgía musical (No tengáis en cuenta las ridículas frases de Ozzy en Loner). Simplemente, dejaros llevar.

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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