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BAND OF HORSES – INFINITE ARMS

BAND OF HORSES - INFINITE ARMSTercer disco de la banda de Seattle, en el cual parecen haberse reconciliado con su público más fiel ya que a muchos no pareció gustarles demasiado el segundo, Cease to Begin (2007), el cual, auque se aleja más de su estilo, dados los continuos cambios en la formación y de productores en la banda, no es un mal disco ni mucho menos. Pero parece ser que sus fans son fieles a las fuentes de las cuales Band of Horses han bebido y no les permiten otras licencias.

En general, se puede hablar de un disco en el cual la tradición de la música country, como en gran parte de la música americana, tiene un peso importante, junto con otras bandas no menos modernas y algún toque de actualidad compositiva, sin irse demasiado lejos, no vaya a ser que esa infidelidad les cueste su tan preciada calidad. En un principio, podemos hablar del protagonismo de la guitarra o guitarras, dependiendo de las canciones, y del esfuerzo, coordinación y delicia de las voces, coros y segundas voces. Sus letras son tradicionales como ellas solas, pero el aspecto más importante de este disco es la maravilla de sus melodías, armónicas, acompasadas y ejecutadas de manera que enganchan. A destacar el primer corte, Factory, por el estupendo acompañamiento de violines, y ComplimentsNorthwest Apartment, por su fuerza y potencia.

Sin embargo, hay dos bandas en las que es inevitable pensar, en especial al escuchar ciertas canciones: LaredoBlue BeardOlder nos remiten a los Eagles, sobre todo en el tema vocal; Infinite Arms y sobre todo Dilly(magnífica, ingenuamente alegre) traen vívidos recuerdos de la ELO, aquí tenemos algo de influencia británica, puede ser que en ello radique su diferencia con otras bandas americanas. Otras canciones a destacar: Evening Kitchen, deliciosa nana, que hace imaginarlos con sus barbas, sus camisas a cuadros y sus sombreros de cowboy hablándoles a sus madres en la cocina, mientras el sol se pone entre las montañas. Y si vamos más allá, Older, que más country no puede ser, al igual que Trudy. Guitarras tocadas al sol en el porche de la casa al lado de la mecedora, sugerencias inevitables. A pesar de todo esto, es cierto que algunas canciones se quedan cortas al lado de otras y que es un disco que no apetece escuchar en ciertos momentos porque en realidad son estilos muy imitados y manoseados que pueden llegar a cansar.

Melancólicos, como si hablaran de tiempos perdidos, en los que el country o las canciones así de tradicionales ya no estuvieran de moda, parecen no recordar que a veces simplemente la calidad, dejando a un lado el estilo, es suficiente.

A destacar los videoclips, algunos de ellos mostrando increíbles paisajes,  y volviendo a lo de siempre; la naturaleza es un componente básico en la imaginería americana y nos da una idea de sus intenciones, pensamientos y estilo.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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