El grupo chileno Astro llega a nuestro país para presentar su música. Sí que es verdad que estuvieron en el Primavera Sound en lo que podemos considerar una primera declaración de intenciones. Pero esta vez es de verdad y podremos verles a ellos nada más, en una mini gira de tres directos, que esperemos sean de extrema relevancia y del que procuraremos informar. Todo esto no es más que un pretexto, una excusa. El objetivo esta vez no es disfrutar de su música en vivo –esperemos que nos dejen-, sino proporcionar píldoras de información de su primer y homónimo larga duración: Astro, que aparecerá en España el mes que viene en el sello Canada. Tras un primer EP, Le dis de Astrou, esta es su puesta de largo.
El eje del mal vuela de España, y hay que abrir horizontes; hay electrónica más allá de la UE. Así que vamos a ello. Las comparaciones tanto nacionales –El Guincho o Bravo Fisher! , por poner dos ejemplos- como internacionales: los propios miembros de la banda no escatiman y tiran hacia MGMT en la estética, son inevitables.
Ciervos abre una colección de una docena de canciones que, como si se tratara de una caja de huevos, van saliendo del cascarón. Pequeños viajes tropicales, tranquilos y poco bailables, relajantes y poco emocionantes, pero haciendo presagiar que el viaje merecerá la pena. Trayecto que continúa con Coco, el segundo de los temas. Creo que este es de mis preferidos. Guitarrero al principio, este homenaje como el que hicieran Gabinete Caligari en Tócala Uli –“dale Coco, te queremos”, y hasta bailable al final hacen honor al in crescendo del álbum. Colombo empieza ruda, con golpes y loops, haciéndote entrar en una gran espiral de casi cuatro minutos. Surrealismo a lo Lynch en el comienzo de Inland Empiere –“los conejos se están poniendo a bailar”-. Otra de las cinco imprescindibles de este primer disco de Astro. También tengo ganas de ver hacer el “ula ula”, como reza el estribillo.
Después del paréntesis sonoro de El druida de las nubes, llega una completa Panda, una canción que llena y ocupa la totalidad del espacio sonoro con disparos de naves espaciales en menos de tres minutos. Miu miu vuelve a la temática de personajes, individuos y animales que en este caso se limitan a jugar con un chicle.
Con Mira, está nevando en las pirámides volvemos a la distorsión y al enfrentamiento. Se produce entonces un cambio en el disco, acaba la primera parte y comienza la segunda. Y esto no es porque sea la mitad en número de canciones, sino porque desde entonces todo es más conceptual y un poco más pop. El mejor ejemplo de ello es Volteretas, con muchos más coros e instrumentos algo más reconocibles. Tras un interludio la canción retoma la oscuridad de lo acústico. Pepa se disfruta a ritmo de ukelele, en temas como este se reconoce la peculiaridad y el sonido propio del grupo. Con Nueces de Bangladesh se llega casi al final del viaje. Una épica de más de cinco minutos, mística y planetaria, con sentenciosas frases como “Dios está en el mundo”. Con parones y gritos, el tema nos saca del disco. Tras una larga pausa llega el epílogo Miu miu reaparece, una nueva visita al tema del protagonismo del chicle. Voz y guitarra para cerrar el primer disco de los chilenos.
Dicen que en el futuro más próximo se hablará mucho de Astro, que la salida de su disco en España les dará un empujón que les hará llenar escenarios. Desde aquí les deseamos mucha suerte y os emplazamos a que no dejéis de escuchar su disco homónimo.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6,5/10