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ANNA CALVI – ONE BREATH

La británica de origen italiano ha vuelto cerrando bocas a todos los que esperaban que el éxito de su debut fuera algo pasajero, publicando un segundo álbum repleto de talento.

Una industria ávida de productos de consumo rápido, que prefiere sacar un hype detrás de otro para sacar más beneficios, no tendrá otro remedio que asumir que no lo controla todo, y que Anna Calvi va por libre y parece, al menos de momento, indomable.

Puede que sea algo más accesible que Anna Calvi de 2011, pero el riesgo y la originalidad siguen presentes, aunque se noten todavía esas grandes influencias que van desde Patti Smith a P.J. Harvey, pasando por J. Buckley y St. Vincent.

La muerte de un ser querido parece haber sido la inspiración de la versátil vocalista para la escritura de las canciones, lo que muestra su poco interés en lo comercial.

El disco se abre con dos canciones muy representativas de Anna, Eliza (adelanto en agosto del álbum) y Suddenly, con su poderosa voz deslumbrándonos con sus cambios de registro en una de las canciones que seguro serán más populares, gracias a esa parte que tarareamos todos con ella en su próxima gira por nuestro país.

En Piece by Piece, Anna nos susurra al oído, mientras que en Cry canta con dulzura hasta que se desata la tormenta. Es capaz de pasar con enorme facilidad de lo más épico a lo más íntimo y lo demuestra en todo el disco.

Conviviendo con lo más barroco o recargado, también tienen un hueco canciones más desnudas, sin tanto adorno. Así empieza, por ejemplo, Sing to Me, con un coro casi de ángeles, que aunque en una primera escucha puede no atraparte y dejarte indiferente, si le pones un poco de calma termina cautivándote como si fueran los cantos de sirenas hechizando a marinos en la mitología clásica.

La canción sube en dramatismo al final con la incorporación de instrumentos de cuerda y acaba siendo una de las canciones más bellas de los últimos tiempos (y está muy bien acompañada por su videoclip).

Repleta también de maravillosos coros está Tristan, una de las canciones más P.J.Harvey, junto con Love Of My Life, sin duda la más rockera y más cercana a una primera Polly Jean.

One Breath es la canción que da título al disco y termina también con arreglos de instrumentación clásica. Pero donde Calvi muestra su cara más arriesgada es en Carry Me Over, con una parte instrumental de más de dos minutos llena de arreglos orquestales.

La parte más tranquila y más emotiva del álbum podemos encontrarla en cortes como Bleed Into Me o The Bridge, cierre del disco y que deja con la sensación de haber asistido a la confirmación de una carrera que promete dar momentos intensos.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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