Cuando hace tres años hablábamos del debut de AlunaGeorge ya comentamos que estaban jugando en la fina línea entre lo vanguardista y lo comercial. Después de todo este tiempo, dos de sus coetáneos y hermanos generacionales ya han sacado su segundo álbum y curiosamente en ambos casos la caída de calidad es evidente. Hablo de Flume y Disclosure… Sí; sus discos han triunfado a nivel comercial, pero en ambos casos ya hemos notado claros signos de agotamiento en el UK Garage y el neo-dubstep que tan a la orden del día están, y que colapsan nuestras radios (hasta Juan Magan se atreve con el bumping).
En I Remember George Reid se ha olvidado de producir los temas por su cuenta y ha dejado que bastante gente –principalmente Mark Ralph– entre a toquetear y a proponer ideas. Ralph es un buen productor, eso es obvio, pero si se quiere mantener la elegante línea que delimita con lo comercial y que no peca de facilona tal vez no sea la mejor elección. El segundo disco de AlunaGeorge se muestra así repleto de colaboraciones, de melodías agradables y desgraciadamente de pocos momentos memorables. Con guiños constantes al trap y a las producciones (que son incluso más exclusivas) de Flume, el nivel de distinción de las canciones de AlunaGeorge se hunde en la masa de temas provenientes de su país. Este movimiento es doblemente malo, pues no sólo han perdido gran parte de lo que les caracterizaba como dúo (Aluna Francis podría ser cualquiera) sino que además lo han hecho para no permanecer en la cresta de ninguna ola y hundirse en la misma.
Los beats juegan en el terreno de la cumbia y el nuevo R&B, del que artistas como Frank Ocean querían desprenderse y a los que sin embargo el dúo se aferra como un clavo ardiendo. Ni siquiera hay apenas espacio para el tribe o el grime, géneros con los que el dúo británico habría sonado mucho más actual. En lugar de ello I Remember parece un disco diseñado para haber salido hace dos años, pero tanto el público de Inglaterra como la prensa especializada caerá en la cuenta fácilmente de que el concepto que propone está–casi- obsoleto. Muchas de las canciones del álbum son tímidas y no funcionan ni para la pista de baile ni para un momento más chill. Esto sucede en Jealous, Hold Your Head High o My Blood, esta última desperdiciando además la rabiosamente actual colaboración de Zhu.
A pesar de todo esto, I Remember sigue conservando algunos momentos de lucidez, pues tanto Reid como Francis no han olvidado todo lo que hicieron en 2013. Los temas más destacables (que los hay, si) son curiosamente los más tranquilos, en los que ni las letras suenan infantiles ni las bases envasadas al vacío de la insaciable industria. Con ellos me refiero a la obertura; Full Swing, que aporta un toque de esperanza a la escucha, I Remember, Mediator con su perfecta influencia soul… Y el cierre: Wanderlust.
No, el de AlunaGeorge no es un mal álbum, y es perfectamente escuchable, melódico y disfrutable. Pero es tan intrascendental y amoldado a la amalgama del sonido actual que no recibirá ningún tipo de reconocimiento técnico. Pues desde una visión global no aporta prácticamente nada a la música de este año.