InicioDiscos – ArchivoALT-J – THIS IS ALL YOURS

ALT-J – THIS IS ALL YOURS

Dos años después de An Awesome Wave, los británicos, cómo no, tenían todos los puntos de mira sobre su próximo recorrido musical, en forma de LP de nuevo, tras ganar el prestigioso Mercury Prize con este sonado debut en 2012.

Tras la (moderada) polémica generada con el lanzamiento de Hunger of the Pine, el primer single de su segundo álbum (polémico el uso de un sample de Miley Cyrus que aparece en la canción, el cual no por ello perjudica su calidad, todo hay que decirlo), las ganas de escuchar más, de saber qué nos depararía este nuevo viaje que la banda nos propone, hacia quién sabe dónde, no hacían más que aumentar.

Fluir hacia otro lugar, en una corriente continua en la que se difuminan espacio y tiempo. No saber si estamos ante un disco de rock progresivo influenciado por los Pink Floyd más experimentales a finales de los setenta o ante un álbum del futuro cercano, continuación de un lejano debut con el cual se compenetra perfectamente.

Fluir, como el Amazonas por la inmensa selva que lleva su nombre, porque uno de los aspectos característicos de este disco es su exotismo, acentuado cada tema que se saborea. Paz interior, tanto se escuche en tan frondoso entorno como en una ciudad abarrotada de gente, humo y edificios.

Escuchar la deliciosa introducción equivale a dejarse mecer por sus vocales guturales, apenas inteligibles, guiadas por un suave ritmo, desembocando en Arrival in Nara, excelente pieza donde se puede encontrar el intimismo en medio de una pequeña orquesta: piano, violín, guitarra clásica y la inefable voz de Joe Newman, que presenta a la más mística Nara, unos cuantos aleluyas y ligero toques de órgano que constituyen una bonita canción de amor, de las sencillas, de las más sinceras (“he conocido a un hombre como ningún otro/he encontrado un amor al que amar como ningún otro puede”).

Every Other Freckle se lleva por delante con sus ritmos cuasi tropicales y blueseros al ambiente más inmovilista de los tres anteriores temas. Además, se acentúa el contraste con la corta y enérgica Left Hand Free, entrelazándose estos dos temas por sus connotaciones sexuales casi mellizas. Morder, lamer, y otras sugerentes propuestas (“devórame si crees que puedes digerirme”).

Pero los choques entre las canciones, como si fueran contrastes entre una cultura y otra, continúan con el interludio Garden of England, donde se vuelve al estado casi zen del tema introductorio, con vientos que suenan a melodías indígenas ancestrales. De nuevo, viene de perlas para ligarla a Choice Kingdom. Muchos matices, variaciones, pero no de golpe. La gradación es notable, y no pilla de sorpresa una guitarra eléctrica de golpe, sino que todo está edificado de forma progresiva, para no interrumpir la armonía.

A la media hora de disco, encontramos una grata sorpresa, un tema con pequeños detalles del folk minimalista electronizado al estilo Bon Iver, de la mano de Warm Foothills, antes de volver al misticismo ya mencionado anteriormente. “El evangelio según John Hurt”, una lluvia de palabras sueltas con sentido, aunque no lo parezca (¿renacer? ¿encontrar tu sitio en el mundo? La reflexión queda abierta).

La elegancia de Bloodflood pt. 2 es la forma del grupo de ir despidiéndose de This Is All Yours. Un tanto floja, quizá porque la intensidad de todos los temas anteriores se nos hayan echado encima, quizá porque en este punto, los niveles de exigencia se encuentren allá por las nubes; el caso es que Leaving Nara funciona mejor, ésta sí, la conclusión del álbum (si no tenemos en cuenta el bonus track), que retorna a los primeros sonidos, los más “primitivos” del álbum. ¿Qué será Nara? ¿La tierra inventada a la que nos quieren llevar los británicos por medio de su disco? Solo ellos lo saben, al igual que el sentido de muchos de los temas que aquí aparecen. Si tomamos cada canción como una vida diferente, su nivel de riqueza en cuanto a sensaciones es infinito, la cuestión es echarle imaginación, de la experiencia sensorial se encargan ellos.

Es este un álbum experimental, como su debut, pero un paso más allá. Experimental, eso sí, en el más positivo sentido de la palabra, ya que está construido con minucioso cuidado, sin dejar nada al azar, bebiendo de innegables referencias actuales como Foals o Radiohead, por nombrar algunas.

¿Imperfecto? Indudablemente. Pero también, sin decepcionar, algo a lo que no se le debe restar mérito, teniendo en cuenta cuán altas estaban puestas las miras desde que publicaran su debut. Una secuela de altura y calidad, sin duda. Y puede que, probablemente (perdónese mi hype), sea uno de los discos imprescindibles de 2014.

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

Puedes escucharlo aquí:

 

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