Space gun abre el disco titulado, da la casualidad, Space Gun, de Guided by Voices. Prolíficos con 26 álbumes a sus espaldas, eternos, nos saludan divertidos como ellos solo saben buscando el coro desde el primer minuto en eso que llamamos power pop (cuando hablamos de posies) o pop de guitarras (si hablamos de redd kross). Justo en esa quinta me gusta ubicar a la banda de Bob Pollard, quien él solito ha registrado la friolera de más de 2000 canciones en su trayectoria musical. Si pensamos eso y que Space Gun es un temazo, el mérito no es que sea enorme, es que es increíble y su cerebro o alma creativa goza de una excelente salud. Coloner Paper posee esas líneas de bajo que hicieron a GBV adalides del género y no podían faltar sus estribillos grandes, abiertos, en los que la batería sube el tono del tema de alegría a fiesta. El alcohol suele regar sus directos. Por si fuera poca buena presentación, King Flute nos lleva al indie de apenas un minuto y medio (no dura ni noventa segundos). Los tres palos que han acabado definiendo sus líneas desde aquel lejano 1983 en el que se juntaron y por los que han transcurrido etapas cercanas al lo-fi y un paso por majors.
Ark Technician les permite sacar las acústicas y una entonación digna de sir Michael Stipe era Green. Un lujazo que este grupo siga componiendo después de su parón en 2004 en el que se nombró en varios lugares un “día Guided by Voices” como reconocimiento. Su aportación ha sido intensa en el pasado, así que su retorno en 2010 y sus apariciones posteriores son siempre bien acogidas. See My field ya nos hace presagiar otro temazo de guitarras desde los primeros compases, hablamos ahora del emo que bandas como Aina tomaron para hacer de una canción, un estilo propio bajo su prisma. Esa intensidad en la batería, los parones para después tornarse continuidad. Arreglos de nivel en su justa medida para que no perdamos el rumbo. El de Dayton sabe como nadie avanzar y que sus canciones caminen con los elementos justos y necesarios con una producción siempre al servicio de cada necesidad. Cañonazo de canción como resultado. Liar´s box tiene ese inicio de guitarra típicamente noventero, sólo con la voz entre Madee o Sunny Day Real Estate que después a medio tiempo se arrastra con distorsiones duras. Una exquisitez de los maestros cuando los/as alumnos/as se han retirado de la partida. Dos minutos y medio, menuda lección, por favor, con esa guitarra sonando de ese modo hasta que salte el siguiente tema.
Blink Blank evidencia que hay líneas de bajo que siempre nos llevaran a The Cure, chorus mediante y la voz de Bob quizá más recitada supone un paréntesis en la intensidad que están demostrando “los muchachos” en esta entrega. Durante estos registros planea la sombra de los Rem de monster (mi disco favorito de la banda dicho sea de paso). Daily Get Ups, urgencia de nuevo, ¿os suena nueva vulcano?. Minuto y medio con apenas dos o tres cambios perfectos para mover la cabeza y alzar el puño coreando. Hudson rake, por su parte, con deje country, utiliza mayor distorsión en el bajo que cualquier otro tema, un trucazo clásico. No olvidemos que es una banda de Ohio, su infancia probablemente estaba infectada por este estilo. Puedes imaginar que este tipo de canciones siempre han sido un guiño para ellos.
Después nos asaltan sin medida con Sport Component National, una de las composiciones con mayor número de contrastes y cambios sin seguir un hilo propiamente dicho, una especie de collage que sin demasiada lógica tan sólo busca un final explosivo con uno de los estribillos más memorables del nuevo trabajo de los de Dayton. I Love Kangaroos saca la faceta más tierna de la banda, una suerte que tomaron Weezer y que practicaban Midnight Oil, acústicas, una composición en la batería ligera, voz narrativa que sufre en el estribillo pero que hasta Pavement podrían firmar (carrot rope). Luminosa, una joya. Grey Sat Matters regresa a ese sonido Posies en el que las voces se trabajan a dúo/dobladas con lo que las guitarras pueden apretarse un poquito más. Power pop más que decente, familia, estamos ante unos de los padres del género.
Después llega That´s good con un arpegio y una pizca de efecto, voces lejanas y cadencia pausada son ese Neil Young que se sabe ganador y nos cuenta historias. Guided By Voices tienen un as bajo la manga después de tantos años de carrera profesional, cualquier género o referencia la hacen suya. Sólo hay que pasar el listado que ellos reconocen como influencias y todos los estilos con los que han sido contemporáneos. Han vivido los noventa, los ochenta, venían de los setenta y suponemos que han seguido escuchando música después. Su capacidad para que todo en sus manos tenga su propio sello en parte estriba en la personal voz de Bob que a tantos/as cantantes ha influenciado. Quizá esté también en ese modo de trabajar la guitarras, las distorsiones y las baterías de una manera ligera.
Flight advantage de nuevo suena a pop de guitarras y a nueva vulcano al quedarse el bajo en el mismo riff mientras batería y guitarra bailan entre ellos. Sebadoh, Sentridoh tomaron mucho de temas como éste y se le permite hasta que desafine un poco en la voz. Nos gusta, y a él también, como para dejarlo ahí cuando lo podría haber cortado y vuelto a grabar. Evolution Circus cierra Space Gun. Robert Pollard a la voces, Doug Gillard a la guitarra, Kevin March encargado de las baquetas, Bobby Bare, Jr. a la guitarra y Mark Shue con las cuatro cuerdas nos han traído un disco más que entretenido con un sonido acorde a los tiempos sin perder su pureza y sello de identidad. Los últimos minutos no son sino una pequeña celebración por la reunión, la diversión y la gira que están haciendo gracias a esta grabación