Fotografía: Laura Rebollo (@aletheia13)
No era la primera vez que Veintiuno agotaban las entradas de la sala El Sol de Madrid (ya hicieron lo propio en diciembre de 2016, cuando presentaron el EP Grandes felinos), pero quizás esta vez fuera más especial aún. Se trataba de la puesta de largo de Gourmet, su último larga duración, el disco con el que han puesto todas las cartas sobre la mesa, el que debe suponer el auténtico punto de inflexión en su carrera, el que (ojalá) haga que la música de Diego, Jaime, Yago y Pepe llegue a un público cada vez mayor.
Cuando los toledanos nos contaron los entresijos de Gourmet, dejaron claro que habían hecho el mejor disco posible, con canciones trabajadas con mimo y un sonido que, gracias a la aportación de Santos & Fluren en labores de producción, les ayudaba a dar un paso más en su propuesta. Así se presentaron en las tablas de la mítica sala madrileña, con la ilusión de quien sabe de antemano que su trabajo está siendo muy bien recibido por crítica y público, y con los nervios típicos de alguien que quiere estar a la altura después de haberse vendido todas las entradas con antelación.
El arranque perfecto
La banda mallorquina Lava Fizz fue la encargada de abrir el show y aprovecharon la oportunidad para presentar las canciones de The Hardest Thing su primer larga duración, recientemente publicado. Tras ellos y, después de la presentación con la voz en off del cómico Quequé, arrancó el directo de Veintiuno con El desfile. El hecho de abrir con una de las canciones estrella de Gourmet, supuso toda una declaración de intenciones, poniendo toda la carne en el asador y dejando claro, desde el arranque, que estaban dispuestos a poner patas arriba la sala, con un público entregado en el que destacaba la presencia de un gran número de niños en las primeras filas (algunos de los que participaron en su día en la grabación del videoclip del tema con el que abrieron la velada).
Veintiuno tienen el punto justo entre el sonido más comercial y el mundo alternativo. Sus letras directas empatizan con su público de una manera casi inmediata, hecho que se percibe claramente en la manera de cantar de los asistentes, haciendo suyo cada uno de los temas del repertorio y conectando con la banda de manera intensa.
El concierto se desarrolló sin tregua y de la manera esperada, con las canciones de Gourmet cobrando gran protagonismo (no se quedó guardada ninguna de ellas), alternando momentos más dinámicos como en Delicadeza, con otros más intimistas como en Tu nombre. Destacó la interpretación que hizo Diego de Los santos imprudentes (perteneciente al disco de 2015 Nada parecido), encarándola en solitario con la única compañía del teclado y creándose a su alrededor una atmósfera mágica. El groove con el que los músicos visten piezas tan sugerentes como Pirotecnia y la expresiva y contagiosa manera que tiene el vocalista de enfrentarse a sus propias composiciones, sitúan a Veintiuno en un lugar privilegiado dentro del panorama alternativo de este país, con un pie en la tradición de la música negra y otro en la más absoluta modernidad.
Si la apertura del concierto fue por todo lo alto, el final del mismo no podía ser menos. Así que, tras la obligada “despedida”, el cuarteto regresó al escenario para abordar los que, posiblemente, sean los dos mayores hits de Gourmet (y no es fácil destacar alguna canción por encima del resto en este completísimo disco). Cabezabajo y Dopamina fueron las canciones elegidas para concluir la inolvidable noche que vivió Veintiuno en Madrid, quizás la más importante hasta la fecha. Dos canciones que terminaron por reventar la sala y que provocaron el delirio final entre los asistentes. Son canciones como estas las que deberían servir como impulso para que estos cuatro apasionados músicos dieran el salto definitivo a audiencias aún mayores.
Una noche mágica
Las caras de satisfacción, el sudor, las miradas cómplices entre los músicos y con su público, las sonrisas y la emoción desbordada fueron solo algunos de los síntomas que, los allí presentes, pudimos constatar en los toledanos y que hicieron darnos cuenta de que esa noche algunos no la olvidarían jamás. Hay días en los que asistes a un concierto y percibes que en el escenario están ocurriendo cosas diferentes, especiales, únicas y que, para los propios músicos, están siendo momentos realmente extraordinarios. Esas son las ocasiones en las que te das cuenta de las razones por las que es tan necesario seguir apostando por la música en directo y por el circuito de salas. Las grandes historias se empiezan a escribir en estos lugares. Ojalá también sea el comienzo de algo grande para Veintiuno.
Setlist de Veintiuno:
- El desfile
- Delirio y equilibrio
- Estela plateada
- El apetito
- Gourmet
- Apagón
- Me gustaría
- Delicadeza
- Por si acaso
- Pirotecnia
- Los santos imprudentes
- Tu nombre
- Lengua
- Llama y gasolina
- Cabezabajo
- Dopamina