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Una crónica de la semana MTV Bizkaia y unos Muse que reinaron en San Mamés

Bilbao y otros puntos de Vizcaya se han llenado de música a lo largo de la última semana gracias a la presencia de MTV y de los premios EMA, que se celebran este domingo 4 de noviembre. Y, aunque se trate de un evento discutido por algunos sectores, lo cierto es que la fiesta y el espectáculo que se vivió en el estadio de San Mamés este sábado fue seguido por decenas de miles de personas. Un acontecimiento musical que cerró toda una semana de conciertos organizados por la cadena de televisión.

La guinda final se encargaron de ponerla los británicos Muse, que demostraron que esto de actuar en estadios se lo conocen y muy bien. Ante el retraso de casi 10 minutos para salir a escena, la gente comenzó a impacientarse, hasta que apareció en las pantallas aquel sargento que introdujo toda la última gira de Matt Bellamy, Chris Wolstenholme y Dominic Howard. Sí, como si no hubieran pasado tres años del disco, el trío abrió la cita con Psycho.

Así pues, la primera parte del bolo fue reservada sobre todo a temas nuevos de su “futurista” próximo disco, Simulation Theory. Pressure, The Dark Side o Thought Contagion fueron surgiendo con poca atención por parte del público y mientras se proyectaban en el enorme escenario visuales de truenos apocalípticos o láseres en dirección a la audiencia. Sobre los músicos, una especie de arco había sido levantado en el tablado, seguramente en honor al que cubría el viejo San Mamés.

BILBAO, SPAIN – NOVEMBER 03: The Muse perform at the MTV World Stage concert ahead of the MTV EMAs 2018 at Stdium San Mames on November 3, 2018 in Bilbao, Spain. (Photo by Ian Gavan/MTV 2018/Getty Images for MTV)

La gente recibió enfervorecida temas más populares y de épocas mejores de los ingleses como Plug In Baby y su riff electrizante, la coreada Time Is Running Out o el épico final con Knights of Cydonia, ya en el bis. Acertado resultado dejó la instrumental e infernal The 2nd Law: Unsustainable, acompañada de fuego sobre el escenario. Y todo lo contrario ocurrió con Dig Down o Madness, en las que se vio claro que el sonido que más se intuía durante el bolo era el de la guitarra de Bellamy.

En su vuelta a Bilbao, Muse reinaron gracias a su facilidad para el show en directo más que por sus canciones. Por cierto, Howard avisaba al finalizar el concierto que volverían a España y así será en 2019, ya que tienen Madrid marcado desde hace tiempo en la agenda.

BILBAO, SPAIN – NOVEMBER 03: The Crystal Fighters perform at the MTV World Stage concert ahead of the MTV EMAs 2018 at Stdium San Mames on November 3, 2018 in Bilbao, Spain. (Photo by Ian Gavan/MTV 2018/Getty Images for MTV)

Pero el de Muse no fue el único concierto del día… ¡Ni mucho menos de la semana! Antes, otros británicos, Crystal Fighters, también volvían a Bilbao con el objetivo, al parecer, de convencernos de que son más vascos que el kalimotxo. El sonido limpio de la txalaparta fue lo único que se dejó oír en la introducción, después arrancaron con dos de los componentes izando ikurriñas y concluyeron con bailarines de aurresku en el pasillo del escenario, mientras sonaba la veraniega Plage.

El cantante Sebastian Pringle, ataviado con un chubasquero que parecía de barrendero y una especie de gafas de esquí, no se olvidó de hablar un poco en euskera (“askatasuna”, “gora Euskadi”…). Más allá de esto, y sin la presencia del guitarrista Graham Dickson, Crystal Fighters ofrecieron un fiestero espectáculo que puso todo San Mamés a bailar (I Love London), lo llenó de amor hippie (Love Is All I Got) y generó olas de manos con las gradas -donde había muchas butacas vacías- también involucradas (You & I).

Y otro trío, Berri Txarrak, fue el encargado de abrir a eso de las 19:15 con un poderoso sonido y varios de los éxitos de la trayectoria de los navarros: Jaio.Musika.Hil, Denak Ez Du Balio, Ikasten y Eskuak, con Gorka Urbizu quedándose solo en el escenario para conectar con el público. Según dijo, querían aprovechar los altavoces para hacer llegar su mensaje en defensa de la cultura vasca, y así lo hicieron poniendo a botar a todo el estadio y dejando claro que están en su mejor momento en cuanto a popularidad.

Los Planetas en el Arriaga

El megaconcierto de San Mamés fue el punto y final a toda una semana de conciertos. Uno de ellos, merece la pena comentarlo, por el sitio en el que tuvo lugar y la banda que estaba presente. Los Planetas, o más bien Jota y Florent acompañados de un quinteto de cuerda y un pianista, presentaron su adaptación orquestal de Una semana en el motor de un autobús, con motivo de su 20 aniversario.

Con un juego de luces perfectamente adecuado, un sonido nítido e impecable y un Jota al que se le entendía todo lo que cantaba, Los Planetas brillaron en un espacio tan emblemático como el Teatro Arriaga bilbaíno. El público, respetuoso y atento a lo que sucedía sobre el escenario, se animó incluso con palmadas espontaneas en Ciencia Ficción. En hora y cuarto tocaron al completo el icónico álbum, con momentos destacados en Desaparecer, Cumpleaños Total y La Copa de Europa y su progresivo final instrumental. Línea 1, que en disco parece desentonar con el resto, gracias a esta adaptación cogió protagonismo y sobresalió en el bolo.

No se acabó ahí la cosa y, después de que algún asistente se apresurara demasiado a abandonar el lugar, volvieron al tablado para dejar un bis de tres canciones que, como dijo Jota, eran de la misma época. Experimentos con gaseosa, David y Claudia y una estelar De Viaje cerraron el operístico y nostálgico recital de la banda.

Jornada «indie» en Miribilla

El especial concierto de Los Planetas ocurrió el jueves 1 de noviembre, pero ya desde el lunes se puso en marcha la maquinaria de la MTV con cuatro conciertos en Barakaldo (La pegatina, Muchachito, Iseo y Revolta Permanent). Un día después la fiesta pasó a Durango con una ristra de nombres femeninos: Aneguria, Brisa Fenoy, Nathy Peluso y La Mala Rodríguez. Y, por último, el miércoles, una jornada «indie» con WAS, Belako, Wolf Alice y La Casa Azul.

A este último de los días gratuitos -a pesar de esto, ninguno rozó ni siquiera el lleno- acudimos con motivo sobre todo de la presencia de Ellie Rowsell y compañía. Así que a eso de las 18:30 comenzó todo en Bilbao Arena de Miribilla, después de que debido al temporal se trasladarán los conciertos del lugar original, que era el Puerto Viejo de Getxo.

Los primeros en salir a escena fueron WAS -precisamente, de Getxo-, que concluían la gira de Gau Ama tras casi tres años. Un dicharachero Deu Txakartegi salió con ganas de animar el ambiente, ya que nos veía muy «callados» -qué pena que esto no se repitiera en Wolf Alice-. Dando uso a la txalaparta, intentaron hacerlo con una I Like You As You Are que a la postre fue lo mejor del bolo.

A medio gas, a los antiguamente conocidos como We Are Standard les hemos visto en mejores noches. Quizá el agotamiento del disco y de la gira, demasiado reiterativa si ya los has visto en directo, fue la razón de la sensación que dejaron. El ambiente, poco ‘txuflero’ como dirían ellos, tampoco ayudó.

Todo lo contrario se vivió en Belako, que gozaron posiblemente de la atmósfera más festivalera, con peña dando botes y coreando los temas escogidos por los de Mungia para la ocasión. Era la segunda vez en menos de una semana que tocaban en Vizcaya -estuvieron presentes en la primera jornada del BIME Live-, pero eso no hizo que decayera la expectación por una banda que siempre rinde en directo.

Con denuncia de Cris Lizárraga a los «contenidos sexistas» que se emiten en espacios como la popular cadena televisiva incluida, Belako propusieron un frenético bolo que se hizo muy corto. Nice Church, sin los riffs adictivos de Josu Billelabeitia, fue el único momento de pausa en un concierto que tuvo el trío de ases del debut Eurie (Zaldi Baltza, Sea Of Confusion y Haunted House) como cierre inmejorable.

Y si el sonido de los mungiarras sonó poderoso, más bajito resultó el inicio de Wolf Alice a eso de las 21:00 horas. Esto ocasionó que temas como Yuk Foo no entrasen con la misma pegada que en disco. El cambio de estilos de una canción a otra y la falta de respeto de parte del público -aquí sí que estuvieron parlanchines- tampoco ayudaron la primera media hora de actuación.

Eso sí, en los instantes más oscuros -el maquillaje elegido por Halloween ayudó bastante- y eléctricos demostraron porqué es una de las bandas del momento en Reino Unido. Los pildorazos efervescentes Fluffy y Giant Peach sirvieron para dejar un mejor sabor de boca de un recital que fue claramente de menos a más.

El fin de fiesta lo dio La Casa Azul con su electropop discotequero y bailable en temas como Los chicos hoy saltarán a la pista o El Momento. Tampoco faltó un Guille Milkyway más intimista en Como un fan, cerrada con un amago de interpretar Todas tus amigas por petición del público. La popular La revolución sexual puso el punto y final a un show con muchos visuales que se acabó alargando hasta completar una duración de hora y cuarto.

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