InicioConciertos - ArchivoTwo Door Cinema Club: El club del "buenrollismo"

Two Door Cinema Club: El club del «buenrollismo»

LUGAR: Sala Razzmatazz, Barcelona

FECHA: 10 diciembre 2010

Imaginadlo por un momento. Salir de fiesta, como una noche cualquiera, a tu discoteca preferida y gozar de un conciertazo de uno de los grupos ‘revelación’ (o igual ya no debería usar este término) más esperados por muchos en nuestro país y, de paso, que Jarvis Cocker se convierta en la guinda del pastel de una noche espectacular, creedme, no tiene precio.

Y muchos (muchísimos privilegiados) no tendrán ni tan siquiera que imaginarlo. Sólo deberán recordar y, así de paso, revivir lo que ocurrió el pasado viernes noche en la sala Razzmatazz de Barcelona.

Cómo ya hemos venido diciendo anteriormente en Crazyminds, esta sala, que está de décimo aniversario, se ha propuesto hacernos disfrutar al máximo (la ocasión bien lo merece) con bandas legendarias como Primal Scream o Suede, grupos más jóvenes pero no de menos éxito como The Drums o Vampire Weekend, y recientemente también se apuntaban a la fiesta dos mujeronas del panorama musical internacional como Yelle o M.I.A. Y lo que me dejo en el tintero…Pero el pasado viernes lo que se presentaba, a priori, como una simple sesión de clubs al uso, se transformaba en cita ineludible al incorporar en el cartel el nombre de Two Door Cinema Club.

Después de escuchar hasta la saciedad su disco Tourist History, un álbum en el que un hit nos lleva a otro y a otro y así hasta contar diez. Y después de que muchos los escucháramos a tope en nuestros aparatos de MP3 convirtiendo así nuestros días más grises en algo más optimista, pues si algo tiene este disco es que nos llena de buenas vibraciones. Después de todo esto y del entusiasmo que contagia el mero hecho de escuchar el disco de este trío de pop electrónico y guitarrero que bebe de las bases de Death Cab for Cutie, Broken Social Scene o los mismisimos Phoenix, que en su día ya se dejaron seducir por su alegría desatada, había más que ganas de comprobar cómo estas canciones, que ya suenan como himno para muchos, realmente nos hacían vibrar en directo. Y reitero, eran tantas las ganas de hacer esta comprobación que, a meses vista de la actuación, los incondicionales de la banda de Irlanda del Norte ya fueron comprando sus entradas hasta agotarlas. El resultado se pudo comprobar el viernes. Nunca antes Razzmatazz, que empíricamente comprobado está no empieza a llenarse hasta bien entrada la medianoche, estaba a rebosar ya a primeras horas de la misma.

Un gran DJ Amable amenizaba la espera con grandes temazos mientras la 1 de Razz se llenaba de indies ansiosos por una noche espectacular. Y no era para menos. Los ánimos ya estaban bien altos antes de presenciar el show. La hora acompañaba y el nivel etílico también. No iba a ser fácil ver a los Two Door Cinema Club sin llevarse de regalo más de un empujón, pisotón o golpetazo, entre otras muchas modalidades de contusión y el porcentaje de probabilidades de ‘morir’ aplastado aumentaba en función del lugar que se hubiera escogido para contemplar el espectáculo. Fue duro para muchos, me consta. Sobre todo en primeras filas. Y verlo desde una distancia prudencial te hacía comprobar la magnitud de la ‘tragedia’, pues desde las alturas era espectacular ver la marea humana creada. Impressive, os lo aseguro…

A pesar de todo ello y del ambiente festivo que se respiraba en la sala, que se hizo pequeña a medida que pasaban los minutos, y no es un comentario metafórico sino del todo literal. Los de Bangor se presentaron puntuales a la cita, marcada nada más y nada menos que para las dos de la madrugada. Y aparecieron haciendo enloquecer a la muchedumbre que se agolpaba en el lugar y declarando la guerra con su Cigarettes In The Theatre, con la que ya se empezó a saltar desde el minuto uno. A este hit le siguió un gran Do You Want It All? con grandes y vibrantes solos de guitarra. Para el tercer lugar dejaron su gran tema, el que sin duda les dio a conocer, ‘buenrollero’ por antonomasia: Something Good Can Work. Y así haciendo bailar, saltar, cantar y sudar a partes iguales, Alex Trimble y compañía llevaron al éxtasis de la alegría colectiva a los allí congregados. También se desató la euforia con Eat That Up, It’s Good For You, Undercover Martyn, What you Know y así desgranaron uno tras otro todos los hitazos de Tourist History, que no tiene ni un tema despreciable, y demostraron a su paso que es un maravilloso trabajo que suena increíblemente bien en directo y que además pone las pilas al más pintado.

Demostraron por otra parte, que los de Bangor a pesar de no tener una carrera musical demasiado extensa son capaces de tocar como los más grandes, que saben moverse sobre las tablas con total madurez, que desprenden buen rollo (eso sobra decirlo) y energía a raudales y lo que a veces resulta más difícil para cualquier grupo joven o no, pero que para ellos surge de manera orgánica es que saben transmitir mágicamente y como nadie emociones a su público, que cada vez es más numeroso e incondicional de la banda y orgulloso de serlo, y sino que se lo pregunten a más de uno después del concierto del viernes. Los mismos TDCC se quedaron alucinados por la acogida del público de Barcelona y así lo manifestaron. El fin de FIESTA, porque eso señores era una fiesta en toda regla, estaba preparado para la ocasión. El tema final escogido con premeditación, alevosía y mucha nocturnidad no fue otro que I Can Talk, un himno coreado al unísono y celebrado de qué manera, mientras del ‘cielo’ de Razzmatazz caía confeti plateado y creaba una atmósfera perfecta y que permanecerá en la retina de muchos por mucho tiempo. No hubo bises, pero creo que no hicieron falta, los Two Door Cinema Club dieron al público lo que iba buscando, su buena dosis de buen rollo al que no hacían falta más colorantes ni conservantes para mejorar una noche de diez. Y digo de diez porque, por si esto fuera poco, también se sumó a la fiesta un dandi del indie, un mito viviente, un grande al que siempre es un gustazo ver: Jarvis Cocker, que junto a otro Pulp como Steve Mackey forman Desperate Dj’s y al que pudimos ver pinchar en la PoP de un Razz que el pasado viernes organizó una de las fiestas de aniversario más espectaculares a la que jamás haya asistido. Todo un festival.

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